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01Las elecciones legislativas en Venezuela arrojaron resultados mixtos. Si bien el gobierno liderado por Hugo Chávez retuvo la mayoría dentro de la Asamblea Nacional, la oposición obtuvo una significativa presencia, luego de su boicot a las elecciones del año 2005

onu2-1Texto del discurso pronunciado por la Presidenta en la 65º Asamblea General de las Naciones Unidas que todos los jefes de Estado de los países miembro de la Organización deben pronunciar hacia finales del mes de Septiembre de cada año. En él, las y los primeros mandatarios exponen si visión sobre los asuntos de interés para sus naciones y sus posiciones sobre determinados temas de la agenda internacional.

Viernes, 24 Septiembre 2010 16:28

26-S: Certezas e Interrogantes

306876La expectativa regional se centra en las elecciones legislativas en Venezuela del domingo próximo, en las cuales Hugo Chávez buscará revalidar su proyecto político ante una oposición fortalecida por la crisis económica y de seguridad, pero carente de una figura convocante

Viernes, 24 Septiembre 2010 16:35

Cristina Fernández y su Discurso en la ONU

cristina_onuLa Presidenta Cristina Fernández pronunció el discurso anual que todo Jefe de Estado debe realizar cada fin de Septiembre ante la apertura anual de sesiones de la Asamblea General de la ONU. La mandataria basó su exposición sobre tres ejes principales: la crisis financiera internacional, el cambio climático y la paz y seguridad internacional

El Banco Central de la República Argentina se fundó el 31 de mayo de 1935, por lo tanto va a cumplir 75 años. En estas siete décadas, pasaron 32 presidentes de la Nación y 74 ministros de Economía. Y hubo 55 presidentes del Banco Central.


 

Desde el regreso a la democracia hubo 17 presidentes del BCRA. Algunos duraron menos de 30 días en funciones. Los que más estuvieron al frente fueron Roque Fernández (2007 días); Redrado (lleva 1940 días); y Pedro Pou (1724 días). Nunca nadie cumplió los 6 años de mandato estipulados por la Carta Orgánica del BCRA.

Siempre hubo tensión en la Argentina alrededor de la política monetaria y cambiaria. Y las inestabilidades de los presidentes del BCRA tienen que ver con las inestabilidades históricas de estas políticas en la Argentina.

Como la política monetaria y cambiaria es un "terreno en disputa" entre los gobiernos de turno y las corporaciones económicas y financieras, cada presidente de la Nación (y es más, cada ministro de Economía) trató de poner en el BCRA a un funcionario afín.

Todos los presidentes de la Nación trataron —además— de que haya plena sintonía entre su ministro de Economía y el Presidente del BCRA. Y cada vez que hubo conflictos entre ellos, el presidente de la Nación no dudó y cambió al presidente del BCRA.

 

El Sobreviviente

La Argentina de los últimos cinco años fue un caso curioso: pasaron varios ministros de Economía (Lavagna, Felisa Miceli, Miguel Peirano, Martín Lousteau, Carlos Fernández y Amado Boudou). Sin embargo, Martín Redrado siempre siguió al frente del BCRA. ¿Por qué duró tanto? ¿Por qué ahora se lo quiere remover de su cargo?

Las dos preguntas tienen la misma respuesta. Y nada mejor que las mismas palabras de Redrado para explicarlo. Cuando este funcionario comenzó su gestión en la presidencia del BCRA dijo: " No me voy a mover de mi metro cuadrado que tengo en el Banco Central".

¿Qué quiso decir? Que no iba a hacer lo que otros presidentes del BCRA habían hecho. ¿Qué habían hecho? Tratar de ir más allá de sus competencias, buscar mayores márgenes de incidencia, influencia e injerencia en la fijación de la política económica, participar en negociaciones con organismos multilaterales, manejar el directorio y, por lo tanto, condicionar los márgenes de maniobra del ministro de Economía y el Presidente de la Nación de turno.

Redrado dijo: "Esto no lo voy a hacer, me voy a dedicar a lo mío, a lo específico de mi función, voy a administrar el BCRA sin entrar en colisión con las decisiones de política económica que toma el o la presidente de la Nación a través de su Ministro de Economía". Por esta actitud sobrevivió cinco años y medio con los Kirchner.

Hubo un día en que Redrado decidió salir de su metro cuadrado. ¿Por convicciones? ¿Por responsabilidad de funcionario? ¿Por cálculo político? Sólo él lo sabe.

Lo cierto es que desde que el anteriormente llamado "golden boy" salió de su metro cuadrado empezó a meterse en la superficie de acción de otros y ahí todo se empezó a complicar. Su posición comenzó a estorbar al ministro de Economía, a los diputados y senadores, a la Justicia y empezó a afectar el radio de acción de la misma presidenta, que tiene más de un metro cuadrado para moverse. Para eso la hemos votado.

Pero hay algo más: Redrado abandonó su metro cuadrado y los bonos empezaron a bajar, las acciones empezaron a perder cotización, embargaron reservas del BCRA, se puso en riesgo la negociación con los bonistas que no entraron en el canje, empezó a generarse incertidumbre económica.

En definitiva: ya son muchos los que tienen problemas para administrar sus metros cuadrados de acción porque Redrado decidió salirse del suyo. Por eso todos le piden la renuncia y por ello se tiene que ir. Porque su libertad de acción termina cuando empieza a afectar la libertad de acción del resto. Y ese resto es muy diverso. Como dijimos, está la presidenta, hay ministros, banqueros, agentes financieros, tenedores de títulos y acciones.

También hay un enorme pueblo. Millones de argentinos que no entienden muy bien qué pasa. Pero que quieren retomar el camino del crecimiento, la generación de empleo, mayor equidad social, valores puestos en riesgo el pasado año por la crisis internacional.

Todo esto está de nuevo en riesgo porque Redrado corrió su espacio de movimiento y empezó a involucrarse en el de muchos otros. Por el metro cuadrado de acción de cada argentino, el joven funcionario, tiene que renunciar.

 

(*) Director Ejecutivo de la Fundación para la Integración Federal, Rosario

 

Publicado en el Diario La Capital de Rosario: Ver artículo Original

En los últimos veinte años, la participación de los asalariados en el conjunto total del crédito de la Argentina creció más de 12 puntos porcentuales, de la mano fundamentalmente de financiamiento para consumo y en menor medida para vivienda.


 

A contramano se redujo progresivamente el uso de estos recursos por parte de la administración pública, o mejor dicho, del Estado. Así se desprende de un estudio elaborado por los especialistas de la Fundación para la Integración Federal (Funif) filial Rosario, Germán Martínez y Bruno Abriata, quienes realizaron un estudio comparativo entre los períodos de gobierno que van desde la primera presidencia de Carlos Menem hasta la de Cristina Fernández de Kirchner, que van desde 1991 hasta la actualidad.

En rigor, el debate por el uso de las reservas del Banco Central (BCRA) y su papel en la provisión de financiamiento reavivó el interés por la cuestión del acceso al crédito por parte de las diferentes unidades económicas e inclusive, la nueva presidenta del BCRA, Mercedes Marcó del Pont, auguró un "regreso del crédito a la producción". Por eso, "resulta interesante analizar cómo evolucionaron en los últimos veinte años la participación de los distintos actores en el financiamiento y sus tasas de morosidad", explicaron los especialistas.

Si se toma una "torta" que represente el 100 por ciento de los créditos tomados por los distintos actores económicos, el trabajo arrojó como resultado que "hay una importante evolución en la participación de los asalariados en el crédito durante el período 2003-2009", y explican que "esto se debe, básicamente, a la canalización de los ahorros provocados por mejores ingresos hacia créditos hipotecarios y de consumo y al respaldo de la capacidad de repago mediante políticas de estabilidad del empleo que mantuvieron la circulación monetaria".

Así, en el período 1991/1999 los trabajadores participaban del 21,2 por ciento del crédito, en el gobierno de De la Rúa pasaron al 25,6 por ciento; luego bajaron al 18,5 por ciento durante la gestión Duhalde, subieron a 21,5 por ciento durante el período que gobernó Néstor Kirchner, para alcanzar desde 2007 a la actualidad el 33 por ciento de participación.

La industria y el sector agropecuario incrementaron su cuota desde 2003 debido al vigoroso crecimiento y las buenas perspectivas económicas, "especialmente en la agricultura, que alcanzó su máxima participación en veinte años". La agricultura pasó del 8,7 por ciento en el primer lapso analizado al actual 9,9 por ciento, mientras que la industria manufacturera, en cambio redujo su participación del 20 por ciento al 16,2 por ciento actual, aunque cabe aclarar que viene recuperando posiciones de una magra participación del 12,2 por ciento que tuvo durante la gestión de De la Rúa.

Los servicios públicos y la energía no fueron negocios atractivos luego de la crisis de 2001 debido a los congelamientos tarifarios, las regulaciones de precios y a los altos riesgos de las actividades exploratorias, de manera que los privados no demandan crédito para invertir en este sector.

En su defecto, las inversiones son hechas por el Estado y se financian en buena parte con fondos del Tesoro o la aplicación de cargos específicos, haciendo más escasa aún la demanda de financiamiento.

"La construcción, pese a su fuerte crecimiento, ha reducido también su demanda relativa de fondos debido al mayor uso de fideicomisos de construcción en reemplazo del crédito hipotecario en los sectores medios y altos.

La caída en la participación de la intermediación financiera refleja dos aspectos de la economía argentina. Uno positivo, que es el menor atractivo de las actividades especulativas producto de la flotación administrada del tipo de cambio, la acumulación de reservas y el apoyo a las actividades de la economía real; y uno negativo, que son la inflación y la desconfianza heredada de las crisis, que incentivan el atesoramiento en dólares en vez de la utilización de las entidades financieras repetidas veces para negociar títulos valores.

"Uno de los datos más llamativos es la reducción de la participación de la administración pública", resaltan los referentes del centro de estudios de la Funif local. Aseguraron que "de acaparar más del 40 por ciento del crédito durante el gobierno interino de Eduardo Duhalde, la administración pública hoy sólo demanda el 8,4 por ciento".

"Esto tiene dos explicaciones: por un lado, los déficits de fiscales en los que incurría sistemáticamente el Estado nacional hasta el 2002 funcionaban como una aspiradora de créditos que limitaba el acceso del sector privado a los mismos; por otro lado, la administración pública absorbe en los ciclos recesivos buena parte del crédito que pierden y/o dejan de demandar las actividades productivas", resaltaron.

 

Córdoba

La Legislatura provincial de Córdoba autorizó a la gestión de hoy al gobierno del PJ cordobés a tomar un crédito por unos 70 millones de dólares para ser destinados a la ejecución de distintas obras de infraestructura básica en la capital mediterránea y en localidades del interior. Es que el crédito será gestionado en el mercado internacional.

Publicado en La Capital de Rosario, Sección Economía: Ver artículo Original

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