Un análisis del rol creciente y protagónico de las pymes desde el año 2003 en el crecimiento de la economía, así como de los desafíos presentes y futuros que deberán afrontar tanto las pequeñas y medianas empresas, como el Estado como sostén de su crecimiento y desarrollo
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Desde el año 2003, las pymes adquirieron un rol protagónico en el crecimiento de la economía. El resurgir, tras la crisis de 2001, aún sigue siendo un mojón en la historia autóctona a partir del cual se continúan midiendo distintos parámetros para entender mejor la dinámica del aparato productivo. Un dato significativo es que en los últimos 8 años se crearon 140 mil pymes –lo que representa un 20,2% de las 700 mil pequeñas y medianas empresas que en la actualidad funcionan en el país– y alrededor de 2.400 se incorporaron al mercado exportador.
La matriz productiva de las pymes está atravesada por el peso de las grandes compañías en las distintas cadenas de valor, y por un mundo cada vez más competitivo y demandante. Es por eso que, más allá de la cautela propia de un año electoral, los empresarios siguen con atención algunos indicadores para tomar decisiones hacia el futuro.
La expansión del segmento fue tan amplia, que las pymes ya representan el 99% de las empresas de la Argentina y generan el 70% del trabajo y un 42% de las ventas totales. Los empresarios del sector reconocen que en estos 8 años se recuperó "una década de destrucción del aparato productivo en la que las pymes fueron principalmente las más afectadas", según explicó Santiago Iuzzolino, vicepresidente 3° de Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA). Al respecto, Pablo Reale, presidente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica Argentina (CAMIMA), sostuvo que 2002 fue "un año bisagra" y agregó que "volver a un país en donde el centro del desarrollo pase por el agregado de valor es fundamental".
Actualidad
Si bien el último año de caída de la economía fue 2002 –con la salvedad de que en 2009, el 0,9% de crecimiento del INDEC no coincide con el cálculo de los privados– los primeros años fueron los más fuertes en cuanto a la recuperación. La utilización de la capacidad ociosa, la sustitución de importaciones y la expansión del mercado interno, apuntalaron a las pymes.
Para Iuzzolino, "en un primera etapa hasta el año 2005 hubo un crecimiento sostenido, pero a partir de ese año comenzó a aflojar y se evidenció una caída en la creación de los puestos de trabajo. Comenzaron algunas restricciones producto de cierta incertidumbre y se entró en un amesetamiento, no quiere decir que esté mal, pero está en una meseta en cuanto a la perspectiva hacia delante". Por su parte, Francisco Dos Reis, presidente honorario de la Asociación de Pequeñas y Micro Empresas realizó su propio diagnóstico y sostuvo que "tras la crisis de 2001, estábamos en la ruina total, arrastrando una profunda caída desde 1995, con la debacle de todo el sector productivo. Hoy, hemos recuperado la iniciativa, trabajando fuertemente, pero en una situación totalmente distinta a la de aquel período".
Más allá de la recesión profunda que dejó la década del 90, también se produjo un cambio de paradigma en los procesos productivos –globalización mediante– que impactó en la integración de las cadenas de valor. En la actualidad, las pymes industriales tienen una facturación equivalente al 20% del total del segmento mipyme (encabezado por el comercio, con el 43%), pero explican el 52% de las exportaciones de todo el sector. En los últimos 8 años el valor exportado subió alrededor de un 80%, creciendo en más de 6.700 millones de dólares. Por otra parte, de las 140 mil pymes creadas entre 2003 y 2010, el 16% corresponde al sector industrial, estimándose que de las 694 mil pymes que operan en el país, un 12% son industriales. Si bien es cierto que las estadísticas aportadas por la Sepyme pueden variar de acuerdo con los parámetros utilizados para realizar el relevamiento, los empresarios reconocen la existencia de números positivos.
En cuanto a la posibilidad de que el número de pymes industriales aumente, Dos Reis no duda: "No sólo el sector puede crecer, sino que debe hacerlo. La industria crea trabajo y en la generación de bienes con valor agregado, tiene un impacto muy significativo en la economía. Además, es un sector que aporta un factor muy importante de creatividad en el aspecto tecnológico y de desarrollo de proyectos". Pero Iuzzolino ofreció una visión distinta: "Hay alguna situación de poca certeza por lo tanto no hay un nacimiento de empresas pymes acelerada sino que más bien está achatada".
Apoyo
La articulación entre lo público y lo privado, genera condiciones ideales para el desarrollo de las empresas. El diálogo constructivo y el intercambio de idea permiten reconocer necesidades y oportunidades. Desde el Ministerio de Industria destacan que tienen un abordaje sistémico de las pymes y explican que "sólo en la Sepyme hay 30 instrumentos de asistencia en plena vigencia", (ver Programas de asistencia...). En general, los empresarios reconocen el apoyo que reciben desde el Estado, pero sostienen que en muchos casos "no alcanza" para hacer frente a los requerimientos de las pymes y que "hay temas pendientes que hay que resolver".
Al respecto, Iuzzolino sostuvo que "algunas políticas activas son interesantes pero no son suficientes. Se necesita una mayor articulación entre el sector público y privado para lograr una mayor certeza y tener un plan estratégico hacia delante y políticas de estado donde nos permitan tener la tranquilidad suficiente de que estamos en la dirección correcta. Si bien es cierto que existen políticas activas desde la Sepyme y del Ministerio de Industria, y el cuidado del mercado interno y el control de las importaciones, a mi entender no son suficientes. Se necesita mayor certeza para poder comprometerse hacia delante".
Por su parte, Reale destacó que "la Sepyme tiene un montón de herramientas y que lo importante es que el presupuesto no se subejecuta", sin embargo el titular de CAMIMA sostuvo que "el problema es que no alcanza, el crecimiento ha sido tan grande en estos años que tenés una capacidad productiva que está en el límite de todo y cuesta invertir porque no alcanza con que el Estado te subsidie tasas porque tampoco tiene concentrado todo el ahorro. Hay mucha plata que está volcada sólo al consumo y es plata que termina en la ganancia de los bancos. El Estado está siendo coherente en el discurso a través de la Sepyme y el Ministerio de Industria, el tema es que necesitamos más crédito y eso pasa por la reforma de la ley de entidades financieras".
Dos Reis consideró que las políticas del Gobierno nacional para fomentar el sector pymes "son las adecuadas, pero siempre faltan más". Y agregó: "Un tema es la política de crédito en los sectores con dificultad de acceder a ellos, cosa que les permitiría a muchos empresarios resolver el conflicto en la cadena de pagos, que hoy se está extendiendo y para muchas pymes pasa a ser un tema muy complejo. Pero también es necesario el respaldo para el acceso a la tecnología, lo cual genera mayor competitividad".
Además Reale resaltó un aspecto que considera fundamental: "Una política acertada del kirchnerismo, que debe ser profundizada y corregida, es la regulación del Estado en cuanto a la concentración que generan las corporaciones. Si se hubiera dejado al mercado absolutamente libre en estos nueve años, aun cuando la hubieras fomentado, la industria se hubiera hiperconcentrado. Hay un rol del Estado para lograr que las cadenas de valor se integren localmente, en fin favorecer que nazcan empresas nuevas".
Los empresarios aceptan que la Argentina sobrellevó bien la crisis internacional de 2008 (con impacto en 2009) con políticas activas del Gobierno lo que "permitió sostener en parte los niveles de actividad y mantener el empleo". Pero advierten que el crecimiento sostenido también requiere enfrentar una serie de inconvenientes que a mediano y largo plazo pueden atentar contra las pymes.
"En la actualidad el crecimiento sigue pero hay que preguntarse cuáles son las perspectivas y creo que ahora sí son ineludibles algunas definiciones y medidas que hasta ahora no se han tomado. Por ejemplo, una ley pyme que está dando vueltas desde hace varios años, es imprescindible para tener un tratamiento diferencial, y el otro tema es una profunda reforma impositiva, la estructura tributaria es la de los 90, sigue siendo la de Cavallo. A esto agregaría la reforma de la carta orgánica del Banco Central de manera que después se vaya por la modificación de lo que son las entidades financieras porque del global del crédito que hay disponible en el país sólo el 14% va a la producción, el resto está en crédito al consumo, está muy bueno eso pero si no tenés una expansión del crédito para la producción tenés estos problemas de recalentamiento de precios. Nosotros invertimos con capital propio, salvo en estos años que ha habido crédito barato con el subsidio de tasas, pero no alcanza sólo son los créditos de la banca pública, se necesita que todo el sistema vuelque los fondos al sector productivo", analizó Reale.
Para Iuzzolino el principal problema que enfrentan los empresarios "es la falta de certeza y la incertidumbre en cuanto a determinar los costos laborales a partir de la problemática que tenemos por no contar con una ley que nos contenga en cuanto a los accidentes laborales. También las trabas para acceder con facilidad a los créditos donde indudablemente tenemos inconvenientes, si bien hay créditos con tasas de interés interesantes no es fácil acceder. Y por otro lado existe, fundamentalmente, la incertidumbre de cuáles son las políticas de Estado hacia delante". Por su parte, Dos Reis explicó que a los empresario pyme "les preocupa la falta de mano de obra calificada, los juicios por ART y el accionar de los sectores concentrados formadores de precios, que arrastran al conjunto de la economía a procesos inflacionarios con los que las pymes no tenemos nada que ver; es más, somos las víctimas al igual que el resto de la sociedad".
Distribución
Según datos a 2008 –en la Sepyme aclararon que la foto actual no dista mucho de esos guarismos– en la provincia de Buenos Aires se concentran el 32% de las mipymes, seguida por Capital Federal con el 23%, Santa Fe un 11%, Córdoba el 10%, Mendoza un 4% y Entre Ríos el 3%, como los distritos en donde hay instaladas más empresas. En el resto de las provincias la cantidad de pymes instaladas es bastante menor pero homogénea. Esta distribución permitió que sean las economías regionales las primeras que reaccionaron tras la crisis. Aunque la distribución geográfica de las pymes es amplia, los empresarios suelen quejarse por "la falta de coordinación entre los estados municipales, provinciales y nacional". Al respecto, Iuzzolino afirma que "muchas de esas articulaciones quedan solamente en una expresión de deseos y no se profundiza como debiera para lograr mejores objetivos".
Para atender las necesidades que pueden tener las empresas en las distintas provincias, la Sepyme cuenta con la Red de Agencias de Desarrollo que está integrada por alrededor de un centenar de centros en donde se puede tramitar el acceso a los programas de financiamiento, capacitación y asistencia técnica del Ministerio de Industria. Las Agencias de Desarrollo Productivo están conformadas por actores públicos y privados (municipios, organismos provinciales, universidades, ONG, cámaras empresarias, sindicatos) y tienen como objetivo contribuir al desarrollo sustentable de la región y, en particular, colaborar con el entramado pyme. Desde la secretaría a cargo de Horacio Roura explican que los centros "informan y asisten respecto de instrumentos financieros y no financieros, conformación de alianzas estratégicas, desarrollo de negocios y acceso a canales de transferencia tecnológica, vínculos y contactos con otros empresarios e identificación de oportunidades de negocios e inversiones". Además, la Sepyme tiene una red de ventanillas que se dedican específicamente a la asistencia en la formulación de proyectos de asistencia técnica, mejora de la competitividad (Programa PACC) e impulso de emprendimientos mediante aportes económicos directos.
Desafíos
En un contexto internacional cada vez más competitivo y con un mercado interno en expansión, los empresarios pymes enfrentan una serie de retos que están vinculados con factores externos y con aspectos internos. Para Iuzzolino, el mayor desafío está vinculado con las políticas de Estado "y una vez que éstas surjan el empresario pyme se tiene que adecuar porque evidentemente tendrá certezas y posibilidades de generar puestos de trabajo formales, y programas para poder extenderse en el tiempo". En tanto que para Dos Reis, "el desafío tiene que ver con mejorar la inversión y la competitividad, este último, es un tema complejo en las pymes ya que existen problemas de gestión que surgen de nosotros mismos, siendo nuestra propia responsabilidad resolverlos. A pesar de que estamos mejorando desde las organizaciones, haciendo logística para ayudarnos a nosotros mismos y a todas las pymes, el mayor desafío que tenemos a mediano plazo es cómo respondemos a la propuesta del Plan Estratégico 2020, que plantea duplicar el PBI en los próximos diez años. Esta es una responsabilidad del Estado, aportando las herramientas desde el punto de vista técnico y financiero que posee, y de las pymes, aceptando el desafío y siendo parte del desarrollo".
(*) Este artículo fue publicado originalmente en el diario Ámbito. Acceso disponible aquí