Tal como refirió la socióloga Ana Castellani, la discusión acerca de la soberanía en Argentina implica, en un contexto de incertidumbre nacional e internacional, cuestionarse sobre el modelo de desarrollo que se pretende instalar y sobre las orientaciones de política económica que se están implementando desde el macrismo.
Castellani destacó que en el año 2016 se experimentaron fuertes cambios en la orientación de la acción pública y que incluso se volvió ineludible “rediscutir temas que aparentemente ya estaban saldados como la necesidad o no de tener industrias, de invertir en Ciencia y Tecnología”. Añadió que le parece “una buena oportunidad para todos lo que creemos que no hay modelo de desarrollo posible sin inversión en Ciencia y Tecnología, sin desarrollo de la producción industrial, sin inclusión de todos los sectores sociales, nos pongamos a pensar en estrategias, en ideas, modelos para seguir adelante y lograr consensos más sólidos, una construcción política novedosa que nos permita volver a pensar en temas claves”.
Los cambios políticos, como observó Castellani, no fueron exclusivos de la situación argentina. Toda la región experimentó transformaciones y, de manera particular, la reciente elección estadounidense le otorgó al actual contexto una cuota adicional de incertidumbre.
Desde la perspectiva de Castellani, no se puede pensar en una Argentina soberana con un gobierno compuesto por CEOs. En tal sentido, expresó que “esto es un hecho insólito. Siempre hubo empresarios en el Estado y siempre desde las Ciencias Sociales eso estuvo cuestionado”. La socióloga cuestionó las capacidades de los empresarios para ejercer la función pública siendo sus objetivos radicalmente diferentes de los de la gestión privada.
Castellani analizó la constitución del gobierno de Macri y resaltó que “un tercio del gabinete está compuesto por ex directivos de empresas”. Es decir, de 364 funcionarios, vienen de trayectorias exclusivas en el sector privado, sin ninguna experiencia en la gestión pública. Además, destacó que no están limitados a un área en particular, sino que integran incluso ministerios claves de la organización política, como la Jefatura de Gabinete, las Secretarías de la Presidencia y Ministerios del Interior. “Esta presencia tan fuerte tiene que ver con las bases políticas y sociales del macrismo y nos presenta un desafío inédito para pensar la captura de la decisión estatal”, expresó la socióloga.
Sobre la presencia de CEOs en la composición del gobierno, opinó que “hay perfiles que son más claros, en energía la mitad viene de ocupar un puesto directivo en alguna empresa grande del sector energético. Después, una parte restante proviene de consultoras, de estudios jurídicos importantes”. Para Castellani, esto evidentemente implica que el perfil que se le imprime a la política energética está diseñado por esos mismos empresarios.
Con respecto a la problemática de los modelos de desarrollo y en respuesta a la reivindicación del gobierno de seguir el caso australiano, expresó que “no se puede pensar en un modelo de desarrollo de un país mirando al de otro país para pensar en replicarlo, porque es imposible intentar replicar las condiciones que produjeron una determinada trayectoria de desarrollo”. Resaltó el hecho de que los países desarrollados comparten una fuerte inversión en Ciencia y Tecnología para construir capacidades tecnológicas que se puedan incorporar a la producción.
Las condiciones geopolíticas, de política económica internacionales y demográficas fueron los argumentos esgrimidos por la socióloga para explicar la especificidad de cada modelo de desarrollo en particular. Sobre el caso argentino, afirmó que “no implica no apostar a la reconversión de la producción agrícola y agropecuaria para generar mayor valor. Lo que pasa es que sólo con eso no se logra ocupar a toda la mano de obra. La industria en algunas ramas tiene que contribuir al modelo de desarrollo”. Concluyó que "tenemos que pensar el mejor modelo de desarrollo que nos sirva a nosotros".
