La protesta de los tamberos prevista para hoy fue suspendida. Los productores lecheros iban a regalar leche en Plaza de Mayo, pero la medida fue neutralizada por el gobierno al convocar a una reunión para el mismo día y horario de la concentración. Según las cámaras del sector, la iniciativa quedó suspendida pero no descartada debido a la falta de respuesta oficial a sus reclamos. La protesta iba a emular a la realizada por el complejo frutihortícola el mes pasado, otra de las economías regionales en problemas. Un estudio elaborado por el Equipo de Economías Regionales del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) detalla las “serias dificultades experimentadas desde diciembre para mantener los niveles productivos y las ventas, siendo los principales afectados los productores más pequeños y con menor capacidad de negociación frente a intermediarios y grandes exportadores”. La asimétrica distribución de la renta sectorial se refleja, en la mayoría de los casos, en las diferencias en el precio que recibe el productor, generalmente por debajo de los costos, y el que se exhibe en góndola, el cual llega a ser cuatro y seis veces más alto. El informe releva siete complejos productivos: el yerbatero de Misiones y Corrientes, vitivinícola en la región de Cuyo, producción de peras y manzanas en el Valle de Río Negro, el lácteo en la región centro, el porcino, el avícola y el citrícola.
- Leche. “La principal problemática que afecta al sector tiene que ver con las dificultades de los tamberos, especialmente los pequeños, para sostener la rentabilidad del negocio dado el incremento de los costos, entre ellos, de las tarifas, y la nuevamente asimétrica distribución de la renta sectorial”, resume el sector. Esta correlación de fuerzas se refleja en el diferencial entre el precio de la leche en góndola y lo que percibe el productor. Si se toman como referencia los tipos de leche fluida más representativos de las marcas Sancor y La Serenísima –las dos mayores empresas del país–, se registra una diferencia promedio del 457 por ciento respecto del litro pagado al productor. A esto se suma que el precio que recibe el productor no llega a cubrir los costos. La relación insumo producto (precio del kilo de maíz sobre precio litro de leche) se mantuvo favorable a esta última desde julio de 2013 hasta octubre de 2015. A partir del noviembre del año pasado la relación se invierte a favor del maíz. Por su parte, si se compara en relación a los primeros siete meses, 2016 es el año de menor producción de los últimos cuatro, presentando una disminución de la producción del 12 por ciento respecto al mismo período del año 2015.
- Yerba. Pese al aumento en góndola no hubo alivio para los pequeños productores. La clave, como en otras actividades, radica en las fuertes asimetrías entre actores. Los productores denuncian falta de precio sostén, operatoria en negro, incumplimiento de los precios y dilación en los pagos hasta 180 días, aunque hubo denuncias de que ese plazo se extendió a 300 días. El Gobierno fijó para el periodo abril-septiembre un precio 4,80 pesos el kilo de hoja verde, con una suba del 16,9 por ciento interanual. Estos precios fueron inferiores a los sugeridos para cubrir los costos, por encima de 5 pesos el kilo de hoja verde puesto en el secadero, mientras los precios de góndola se ubican entre 26,75 y 34,90 peso, casi 20 por ciento más que en diciembre. La quita de las retenciones y la devaluación tampoco implicó una mejora sustancial por el frente externo, ya que el principal destino es el mercado interno. Las exportaciones del sector cayeron 37 por ciento con respecto al primer semestre de 2015.
- Vino. Por día se pierden entre cinco y diez fuentes laborales, entre suspensiones y despidos producto de la poca elaboración que dejó una mala cosecha, según cifras de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi). La caída en las exportaciones y las ventas internas, sumada a la peor cosecha en diez años, explican esta delicada situación. El consumo en los primeros siete meses fue de 792.802 hectolitros, lo que representó una caída de 11,4 por ciento respecto de igual período de 2015, mientras que en el segmento de vino genérico la baja fue de 12 por ciento. En tanto, la exportación se retrajo 10,8 por ciento en cantidades en comparación con igual período de 2015.
- Frutas. Desde la cadena frutihortícola denuncian que más de 2000 pequeños productores del Alto Valle rionegrino se encuentran en “situación de quebranto” y peligran 60.000 puestos de trabajo. Las exportaciones, lejos de experimentar una recuperación, volvieron a exponer una retracción explicada por la inelasticidad al tipo de cambio en un contexto de demanda internacional contractiva. En tanto, una singularidad que presenta este primer semestre en el complejo de frutas de pepita es la aparición de las importaciones. “Si bien los montos son reducidos, su crecimiento no es preocupante ante la debilidad de la demanda externa e interna”, explica el CEPA. Desde el sector reclaman además que existe una alta concentración tanto en materia de exportación como en producción y empaque, que inciden en una asimétrica distribución de la renta que afecta al eslabón más débil, el productor. Esto derivó en que el precio en góndola pasara de representar 1,8 veces lo que recibía el productor en noviembre a 2,56 veces a julio último.
- Cerdo. La estructura de costos para la actividad porcina adolece de problemas similares a lo que enfrenta la cadena láctea; es decir, el alza en el precio del maíz y la soja (insumos para alimentar el ganado) tras la quita de retenciones. El consumo de carne porcina crece de manera sostenida desde 2002, pasando de 5 a 14 kilos per cápita anuales en la actualidad, lo que fue acompañado por un aumento en la producción. Desde 2012 la producción porcina logra abastecer el consumo interno, llegando incluso a superarlo en el año 2014. Esta dinámica indica que las condiciones están dadas para el abastecimiento de la demanda con producción nacional. Sin embargo, este proceso experimentó una modificación de la tendencia a partir de 2016 retornando a la etapa previa, impulsado por la caída de las exportaciones y el significativo aumento de las importaciones.
- Pollo. Los productores de pollo sostienen que el mantenimiento de las granjas se hace inviable, dados los incrementos de costos tarifarios y la apertura importadora. La devaluación de la moneda duplicó los precios de calefactores, comederos, bebederos y cortinas, necesarios para la actividad, mientras que el precio por kilogramo de pollo que recibe el productor no superó 18 por ciento en la primera mitad del año. Por su parte, el consumo de carne aviar se mantiene elevado porque se convirtió en un sustituto de la carne vacuna, cuyo precio se disparó desde noviembre con los cambios en la política económica. El complejo avícola contiene la particularidad que el sector de engorde y de postura (huevos) es intensivo en energía eléctrica ya que requiere de iluminación constante que incremente la productividad de los mismos, por lo que la suba de las tarifas de energía impacta fuertemente. La relación entre la tarifa eléctrica y el precio del kilo de pollo mayorista para una pyme del norte de Buenos Aires se triplicó.
- Cítricos. El sector citrícola es una de las tantas producciones regionales que sigue con la tendencia importadora, al igual que en el sector de manzanas y peras. Las importaciones totales de cítricos aumentaron un 660 por ciento al comparar el primer semestre de 2016 con el mismo período de 2015, mientras que las exportaciones registraron un aumento ligeramente superior entre años, al incrementarse en apenas un 0,72 por ciento, señala el informe del CEPA.
FUENTE: Página12
RELEVO Y EDICIÓN: Joel Hernán González