Viernes, 07 Abril 2017 15:20

Para el CEPI: “Assad es el más perjudicado por los ataques”

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Ante el primer ataque unilateral llevado por Estados Unidos contra el régimen de Bashar Al-Assad, el Centro de Estudios Políticos Internacionales (CEPI), de la Fundación para la Integración Federal (FUNIF), se reunió este viernes para intercambiar los distintos puntos de vista sobre esta situación que puede llegar a cambiar el panorama internacional.

Este viernes por la madrugada, el mundo comenzaba a reaccionar ante una de las más importantes noticias: Estados Unidos, teniendo como presidente a Donald Trump, disparó 59 misiles Tomahawk (misiles crucero) contra una base del Ejército sirio como represalia por el ataque con armas químicas ocurrido esta semana contra civiles. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dijo que el ataque destruyó casi completamente la base aérea de Shayrat y mató a seis personas, entre ellos tres militares. Rami Abdel Rahman, director de la entidad estatal, señaló que, además, decenas de personas resultaron heridas en el ataque.

Los medios estadounidenses informaron que fueron lanzados 59 misiles desde buques de guerra en el Mediterráneo, que tuvieron como blanco la base aérea, cerca de la ciudad de Homs al oeste de Siria. El Pentágono ha afirmado que los objetivos del ataque han sido aeronaves, refugios reforzados para aviones, depósitos de petróleo y de municiones, sistemas de defensa aérea y radares.

  

El sorpresivo ataque marcó un notable cambio de rumbo para Trump, quien cuando era candidato criticó que Estados Unidos se haya involucrado en la guerra civil siria, ahora en su séptimo año. Pero al parecer el presidente fue conmovido por las fotografías de niños muertos a causa del ataque químico, lo que calificó como "una deshonra para la humanidad" que cruzó "muchas líneas". Funcionarios estadounidenses creen que las armas químicas fueron lanzadas desde aeronaves del gobierno sirio con un agente neurotóxico, posiblemente gas sarín.

A su vez, el ataque se realizó mientras Trump estaba reunido con Xi Jinping, el presidente de China, en el Estado de Florida de los Estados Unidos para tratar el tema del programa nuclear de Corea del Norte.

Por lo tanto, esta acción abre diferentes interrogantes sobre la cuestión: ¿Cómo fue la reacción hacia el exterior e interior de Estados Unidos? ¿El ataque quiebra la relación EE.UU.-Rusia? ¿Rusia había sido notificada sobre el mismo con anterioridad, teniendo en cuenta que ésta es aliada del régimen de al-Assad? ¿Cuál será la reacción de China? ¿Apoyarán la OTAN y demás aliados de Occidente a los Estados Unidos?

En primer lugar, Jan Martínez Ahrens, del diario español “El País”, tituló su nota periodística de este viernes “Trump logra su primera victoria política con el ataque a Siria”. En esta oportunidad, el periodista afirma que la acción fue “un golpe de precisión, avisado de antemano a los rusos, que tensa la configuración del conflicto sirio, amarga la luna de miel con Moscú y lanza una clara advertencia a Irán y Corea del Norte: EEUU disparará sin preguntar contra quien cruce sus líneas rojas. Por primera vez, dentro y fuera de su país, Trump recibió un amplio respaldo.” Mientras que durante su campaña electoral, el multimillonario criticó duramente a su adversaria, Hilary Clinton (ex-Secretaria de Estado durante la era Obama), por las acciones militares llevadas a cabo por el demócrata en Medio Oriente, como presidente de los Estados Unidos, a más de setenta días de haber asumido, atacó sorpresivamente la base aérea de Shayrat como represalia, haciendo de la “...imprevisibilidad un arma”.  Ante esto, Trump pasó de ser un aislacionista a un intervencionista unilateral, violando así la Carta de Naciones Unidas.

Por ello, pensar en si el ataque fue notificado o no a Rusia aparece como eje central en la discusión: como es sabido, Trump tiene múltiples contactos con el gobierno ruso, hasta se habló de una “luna de miel” entre Estados Unidos y Rusia, luego de los atormentados años en esta relación durante la era de Barack Obama. Uno de los puntos de tensión fue el régimen sirio: mientras Estados Unidos financiaba a los “rebeldes” en contra de al-Assad, Rusia apoyaba al mismo, debido a sus intereses geo-políticos (la única base naval en aguas calientes de Rusia se encuentra en Tartus, territorio perteneciente a Siria). Sin embargo, la llegada de Trump significaba un nuevo rumbo en las relaciones entre ambos Estados, pero, ante lo acontecido durante este viernes, aparece la incógnita de qué pasará en el futuro. Para uno de los especialistas del CEPI, “hay que ver qué es lo que piensa hacer Trump luego del ataque, ya que éste nunca habló sobre derrocar al régimen sirio, por lo tanto, el gobierno ruso puede permitir ciertas acciones militares por parte de Estados Unidos, pero la línea roja  de Putin va a continuar siendo la de respetar el gobierno de al-Assad”. Para otro de los especialistas: “Si tenemos en cuenta que Estados Unidos no se encontraba en esta región en particular, es una muestra de que Rusia, ahora teniendo a Trump como aliado, permite que el país americano aparecer en la región como ‘corrector’ de la situación, para poder así demostrar su interés de trabajar conjuntamente, hasta en la situación en la que uno de ellos no participaban. Pero, hay que tener en cuenta que Rusia fue el encargado de recuperar Aleppo (ciudad siria en manos del ISIS), por lo tanto, está en condiciones de marcar cuál es el rol de los Estados Unidos en Siria, y no al revés”. Es por ello que el régimen de Al-Assad es el mayor perjudicado: ante su aparente incumplimiento en su compromiso de destruir sus armas químicas, realizado por el año 2013, Estados Unidos reaccionó y entró en escena, perdiendo así credibilidad a nivel internacional, apareciendo una mayor cantidad de enemigos, y quedando expuesto como un verdadero violador de los Derechos Humanos.

En cuanto a China, la respuesta fue moderada: medios estadounidenses afirman que Trump le había comunicado a XI-Jinping sobre el ataque, sin precisar en qué momento. Por otro lado, el Ministro de Relaciones Exteriores chino sólo emitió un mensaje de cautela: su portavoz pidió “evitar un nuevo deterioro de la situación” y condenó “el uso de armas químicas por parte de cualquier país, organización o individuo, con independencia de las circunstancias y el objetivo”. Sin embargo, teniendo en mente la causa de la reunión en Florida entre los dos altos mandatarios, el plan nuclear de Corea del Norte, puede ser una advertencia hacia el régimen de Kim Jong-un para que abandone el mismo (gracias al aumento de la presión de China) o, de lo contrario, Estados Unidos atacará de manera unilateral.

En cuanto al Consejo Europeo, la Unión Europea, Alemania, Francia y la OTAN han apoyado el ataque perpetuado por la Casa Blanca. El secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, ha afirmado que “el régimen sirio es el responsable absoluto de esta novedad. La OTAN ha condenado el uso continuado de armas químicas por parte de Siria como una clara violación de las normas internacionales. Cualquier uso es inaceptable y no puede quedar sin respuesta”. Así queda demostrado que Occidente acompañará a Estados Unidos en sus acciones, más allá de que sea Doland Trump quien esté como presidente. Los intereses permanentes son más importantes que cuestiones circunstanciales.

Por último, ante los setenta y ocho días de Trump en el cargo y con una valoración como presidente muy baja, lo acontecido en Siria aparece como un golpe favorable: tanto republicanos como demócratas aceptaron el uso de la fuerza, inclusive sus más críticos como el senador republicano John McCain. A su vez, ofrecieron apoyo para futuras operaciones.

En conclusión, habrá que esperar el devenir de los próximos días para tener un escenario internacional más claro para poder establecer con precisión la postura de todos los involucrados como los que no. En estos momentos, se está llevando a cabo la reunión de urgencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en Nueva York, solicitada por Bolivia. Las primeras bombas de Trump marcan un antes y un después en su presidencia, logrando tener reacciones positivas ante una jugada de alto riesgo político, imprevisible, dura y contradictoria con su doctrina oficial

 

FUENTES:

- El País

- RT

- La Nación

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