La reunión de emergencia fue llevada adelante por el Canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa, cuyo país detenta la presidencia pro tempore del bloque, y a la cual asistieron los respectivos cancilleres de cada uno de los 12 países miembros y el Secretario General de la Unasur y ex Presidente colombiano, Ernesto Sámper.

El motivo central de la reunión fueron los hechos sucedidos el pasado lunes, cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, impusiera sanciones a siete funcionarios venezolanos y declarara la “emergencia nacional”, considerando la situación política de Venezuela como una amenaza a su seguridad global.

En el acuerdo, se compromete el apoyo de Unasur a las próximas elecciones parlamentarias de Venezuela que aún no están convocadas

En la región la medida norteamericana encendió una vez más viejas alarmas: Estados Unidos vuelve a poner la mirada sobre el subcontinente luego de una larga década de ausencia y su regreso recuerda a épocas en las que las decisiones tomadas por el hegemón occidental eran acatadas sin dubitar. Desde Venezuela, Bolivia y Ecuador se han levantado las banderas anti-imperialistas en el discurso acusando a Washington de tensar innecesariamente las relaciones con Latinoamérica en el mismo momento en que se intenta reestablecer el vínculo con Cuba.

Sin embargo una década bastó para que algunas cosas cambien y hoy Sudamérica responde en unidad, desde lugares propios. Unasur, a diferencia de la Organización de Estados Americanos, es un ámbito netamente de la subregión en el cual las decisiones se toman fuera de la influencia directa de los Estados Unidos y que ha probado ser en numerosas ocasiones un excelente espacio de resolución de controversias. Sin embargo, tampoco buscó ser una amenaza al poderío norteamericano: "los principios capitulares que dieron origen a la Unasur fueron la defensa de esta región como una zona de paz, el fortalecimiento de la democracia y garantizar los derechos humanos", recordó Samper al recibir a los cancilleres.

En la reunión, además de discutir el antes mencionado escenario derivado del decreto firmado por Obama, los ministros fueron a escuchar el informe de Samper y los cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador, Mauro Vieira, María Ángela Holguín y Ricardo Patiño, sobre la visita que realizaron el 6 de este mes a Caracas. De esta manera, a través de la observación in situ de los cancilleres, el bloque contó con información fehaciente de los hechos.

Al recibirlos, Nin Novoa les había pedido a sus pares "una declaración clara y contundente" que demostrara "la unidad de los países de la región". La declaración suscripta por los doce cancilleres no deja dudas acerca de la solidaridad sudamericana y el deseo de tratar las cuestiones de la región a través de los organismos regionales. La misma hace un llamado a que "los gobiernos se abstengan de medidas coercitivas unilaterales que contravengan el Derecho Internacional" y señala que la situación interna de Venezuela "debe ser resuelta con medidas democráticas" previstas en la Constitución de ese país.

Además, el bloque resolvió continuar con la comisión especial de cancilleres de Ecuador, Brasil y Colombia, para ayudar a la situación política venezolana, así como en otro punto, "reafirman su compromiso con la plena vigencia del Derecho Internacional, la solución pacífica de las controversias y la no intervención".

En el acuerdo, se compromete el apoyo de Unasur a las próximas elecciones parlamentarias de Venezuela que aún no están convocadas y que se viven además en un grave clima de detenciones de opositores considerados golpistas. El canciller Nin declaró que el acompañamiento de Unasur estaba ligado a que se respetara "el más amplio diálogo político con todas las fuerzas democráticas venezolanas, con el pleno respeto al orden constitucional, los derechos humanos y los estados de derecho".

Por último, es de destacar que no solo los gobiernos de los 12 respaldan a Venezuela sino que también los pueblos se han hecho escuchar. Tanto en Quito como en numerosas ciudades de la región, integrantes de movimientos sociales y ciudadanos de a pie, convencidos de la hermandad latinoamericana se han manifestado en las calles y en las redes sociales. Quizás el acto más relevante ha podido verse en las afueras del moderno edificio de la capital ecuatoriana que lleva el nombre del ex mandatario argentino Néstor Kirchner, inaugurado hace pocos meses, donde integrantes de movimientos sociales pro Venezuela agitaban banderas y pancartas con leyendas de apoyo a ese país. 

(*) Investigadora de la Fundación para la Integración Federal