El gobierno tunecino ha decretado el toque de queda en varias ciudadaes del país para contener las protestas de los salafistas. Las manifestaciones en Tunez se han producido en el mismo momento en que un Tribunal Militar condenaba al ex presidente Ben Alí a 20 años de prisión
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La reciente escalada de la violencia desatada por grupos de salafistas radicales en Túnez ha causado su primera víctima mortal. Según fuentes médicas de la localidad turística de Susa citadas por la agencia AFP, Fehmi El Aouini, un joven de 22 años, murió ayer por el impacto de una bala que le alcanzó en la cabeza. El hospital Fahrat Hached, situado en esa ciudad, ha atendido también a una decena de heridos, entre los que se encuentran cuatro agentes de las fuerzas de seguridad. La actual acometida salafista llevó recientemente al ministro de Interior, Ali Larayedh, a amenazar con usar fuego real contra los violentos que atacasen las instituciones del Estado. No obstante, se desconocen los detalles de la muerte.
Susa fue precisamente una de las cinco ciudades del país, incluida la capital, Túnez, que la pasada madrugada estuvieron bajo el toque de queda decretado por el Gobierno para contener la arremetida de los islamistas radicales. Desde el pasado domingo y tras la protesta y agresión de un grupo de radicales contra una exposición de arte organizada en el barrio tunecino de La Marsa, las fuerzas de seguridad han detenido a más de 80 personas.
Tras el asalto en la madrugada del lunes a la muestra Primaveras de las Artes, que los salafistas consideran contraria a la "buena conducta" dictada por la ley islámica, los choques se extendieron a varios barrios de la ciudad y alcanzaron las localidades de Sidi Bou Said y Cartago, a las afueras de la capital. Junto a Susa y Túnez, el Gobierno puso bajo toque de queda Monastir, Jendouba y Ben Guerdane.
La muerte de este joven sacude Túnez el mismo día que un tribunal militar de la capital ha condenado al expresidente Zine al Abidine Ben Ali a 20 años de prisión por "incitación al desorden, muertes y pillajes en territorio nacional", según difundió la agencia de prensa TAP.
Juzgado en "estado de fuga", ya que huyó el 14 de enero del año pasado hacia Arabia Saudí, el expresidente tunecino resultó implicado en el caso de la muerte de cuatro jóvenes que murieron por disparos de bala cuando intentaron detener a un sobrino suyo, Kais Ben Ali en la madrugada de entre los días 15 y 16 de enero del 2011.
Contra el exmandatario pesan ya más de 60 años de cárcel por varias sentencias que le implican en delitos de corrupción y narcotráfico. Las primeras semanas de la revuelta prodemocrática se saldaron con la muerte de más de 300 personas.
Fuente: El País