La 42ª Asamblea General de la OEA empezó con fuertes reclamos de reformas por parte de Brasil, Bolivia, Venezuela y Ecuador, en especial a su Sistema Interamericano de Derechos Humanos
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DESDE TIQUIPAYA. La 42ª Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos empezó con fuertes reclamos de "refundarla", sobre todo a su Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Si así no fuera, algunos países como Venezuela y Ecuador amenazan con desafiliarse. Hoy las delegaciones de 34 países intentarán achicar diferencias de criterios y semánticas para firmar alrededor de 70 resoluciones, según indicó la cancillería local. Ayer, en la inauguración de la Cumbre Social paralela, el presidente Evo Morales abogó por la nacionalización de "todos los recursos", incluidos el agua y la telefonía.
El tema principal de esta asamblea –elegido por Morales– es "Seguridad Alimentaria con Soberanía", tal el slogan del encuentro. Para ello hay lista una declaración consensuada hasta con Estados Unidos, cuyo presidente y primera dama estarían "contentos" con el texto, según la cancillería anfitriona. El presidente boliviano adelantó cuál sería el segundo paso luego de implementar la seguridad alimentaria con soberanía. "Una segunda política debe ser cómo recuperar o nacionalizar todos los recursos naturales, que estén en la mano del pueblo bajo administración del Estado. Los servicios básicos (energía, agua, luz, telecomunicaciones) jamás pueden ser de negocio privado", dijo en el Coliseo de Tiquipaya, una población de 90 mil habitantes distante 10 kilómetros de la ciudad de Cochabamba.
"Lamentablemente, tenemos un sistema capitalista que todavía está vigente aunque en decadencia. Siento que el capitalismo se derrumba", dijo Morales ante dos mil integrantes de organizaciones sociales de la región. Anoche a pocas cuadras de ahí fue la inauguración oficial de la asamblea, en la Universidad del Valle. En Tiquipaya los vecinos andan con acreditación para entrar a sus casas, porque los sucesivos anillos de seguridad de la Policía boliviana y el Ejército no permiten la circulación de una mosca sin el permiso correspondiente. Son 3000 uniformados que están donde se mire, para evitar cualquier protesta social, como la que habían amenazado algunos sectores en entredicho con el gobierno. Además, en Cochabamba entró en rigor la ley seca hasta que se vayan las visitas.
Uno de estos grupos, el de los originarios que rechazan la construcción de una carretera por medio del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure, se reunió ayer con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, durante hora y media. Los comisionados por la Novena Marcha Indígena, que se acerca a la ciudad de La Paz, quedaron satisfechos con el recibimiento del chileno, quien se habría comprometido a pedir al gobierno boliviano informes sobre supuestas vulneraciones a los derechos de los indígenas. Le entregaron a Insulza documentación sobre la brutal represión policial a la Octava Marcha Indígena, en septiembre de 2011, cuya causa judicial aún no tiene acusados. El jefe del organismo internacional también les viabilizaría una reunión con Santiago Cantón, titular de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Brasil, Bolivia, Venezuela y Ecuador solicitaron reformas en esta rama de la OEA, o en todo el organismo, como dijo Morales. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, iba a llegar anoche para intervenir en el encuentro del hotel Regina. "Vamos a Bolivia. Decidimos participar en la asamblea de la OEA para poner en su sitio a cierta burocracia internacional que se cree por encima de nuestros Estados", había anunciado en Quito. "O la OEA se reinventa, o la OEA desaparecerá. No tiene otro camino", dijo Ricardo Patiño, ministro de Relaciones Exteriores ecuatoriano. Insulza intentó suavizar el ambiente. "En primer lugar, nosotros no hemos hablado de reforma sino de fortalecimiento. No queremos dar la impresión de que se vaya a reducir o eliminar determinadas atribuciones de ninguno de los organismos del sistema", dijo sobre los cuestionamientos a la CIDH.
Aunque Bolivia quiere aprovechar la oportunidad para avanzar en su anhelo de tener de nuevo mar, la delegación chilena asegura que no tiene ninguna cuestión territorial ni marítima por discutir con su vecino.
Pese a todas las desavenencias, el canciller boliviano, David Choquehuanca, anticipó que la asamblea aprobará unas 70 resoluciones, entre ellas una referente a la despenalización del masticado de coca. También se rubricaría la Declaración de Cochabamba, que focalizaría en el tema de la seguridad alimentaria con soberanía. "Sólo faltan algunos detalles que están en consulta con los países. También se aprobarán otras resoluciones sobre narcotráfico, crisis energética, cambio climático, las islas Malvinas y producción de alimentos, entre otros", dijo.
Fuente: Pagina/12