El primer ministro israelí aspira a que Washington fije un ultimátum en el desarrollo del programa nuclear iraní.
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Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, no se da por vencido. A pesar de que tanto la comunidad internacional —con Washington a la cabeza—, como los expertos israelíes desaconsejan un ataque a Irán en los próximos meses a Irán, las amenazas de Netanyahu continúan. El foro elegido esta vez ha sido especialmente significativo. El contenido del mensaje también. Netanyahu se ha dirigido a los televidentes en Estados Unidos para decirles que solo faltan seis o siete meses para que el régimen de Teherán se haga con la bomba atómica. Al hilo de esos pronósticos, el primer ministro israelí ha considerado urgente, que el presidente de EE UU, Barack Obama, establezca lo que él llama "líneas rojas".
Netanyahu aspira a que Washington fije un ultimátum en el desarrollo del programa nuclear iraní, que de traspasarse, provocaría un ataque conjunto israelo-estadounidense. La Administración estadounidense ha insistido en que no tiene intención alguna de secundar la estrategia de las llamadas líneas rojas, al tiempo que no ha ocultado su enfado ante la insistencia israelí en un tema tan delicado, en periodo electoral en EE UU.
Washington ha reiterado en múltiples foros que no permitirá que los iraníes se hagan con la bomba nuclear, pero también que considera que la vía diplomática no está agotada en el caso iraní y descarta un ataque preventivo en los próximos meses por considerarlo prematuro. Teherán, por su parte, sostiene que su programa nuclear tiene fines exclusivamente civiles.
"Es importante que Irán sepa que hay una línea que no puede traspasar", ha afirmado Netanyahu en una entrevista que el domingo retransmitió la cadena NBC. En otra aparición, esta vez en la CNN, el primer ministro israelí concretó: "Avanzan rápido para completar el enriquecimiento del uranio que necesitan para producir una bomba nuclear. En cerca de seis meses habrán avanzado un 90% en el proceso".
Las apariciones televisivas de Netanyahu en sendos programas estrella ponen de relieve una vez más las profundas divergencias que separan a los Gobiernos de países aliados como Estados Unidos e Israel. Esa brecha es precisamente una cantera electoral para Mitt Romney, el candidato republicano, que aprovecha las discrepancias para criticar la supuesta actitud timorata de Obama en política exterior.
RELEVAMIENTO Y EDICION: Florencia Fantin
FUENTE: El País
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