A la presidenta brasileña Dilma Rousseff le va a costar mucho defender sus presupuestos anunciados en 2014 después de que el Tribunal de Cuentas (TCU) haya aprobado por unanimidad recomendar al Congreso que rechace las cuentas del pasado año.

Es la segunda vez en la historia del país que se da esta situación. La primera fue en 1937 durante el gobierno de Getulio Vargas, pero el Congreso no siguió las recomendaciones del TCU. Las irregularidades fiscales que apunta el TCU suman un total de 24.000 millones de euros al cambio actual, de los cuales unos 1.000 tendrían que ver con los llamados "pedaleos" fiscales, como se vienen calificando las maniobras para maquillar las cuentas públicas del gobierno.

Para el ministro Augusto Nardes, relator del análisis de las cuentas aprobado por el Tribunal, el año 2014 se vivió un "desgobierno fiscal". "Los actos fueron practicados para evidenciar una situación fiscal incompatible con la realidad" dijo Nardes.

La oposición, probablemente, lo interpretará como un maquillaje de cuentas para que Rousseff partiera con posibilidades a la reelección en los comicios de octubre de 2014 y se podría abrir una de las dos posibles vías para el 'impeachment' de la presidenta.

La presidenta habría cometido un "delito de responsabilidad" al incumplir la ley de responsabilidad fiscal, y estos delitos son uno de los presupuestos que la ley contempla para abrir un juicio político en vistas a destituir a un Jefe de Estado. No obstante, son muchos los juristas -como el ex presidente del Supremo Carlos Ayres Britto - que opinan que no cabría una moción "porque ésta solo se puede dar si las irregularidades se cometen durante el actual mandato" y no sería el caso.

La presidenta habría cometido un "delito de responsabilidad" al incumplir la ley de

 Entre las irregularidades denunciadas por el Tribunal se encuentran la apertura de créditos sin la autorización del Congreso, la omisión de deudas ya contraídas en la contabilidad y unas maniobras para el cálculo del déficit.

Estos "pedaleos" consistieron en retrasar el pago a los bancos públicos de fondos destinados a los programas sociales gubernamentales, lo que permitió al Ejecutivo reducir unos 1.600 euros el déficit fiscal. Al tener los bancos que cargar con estos gastos antes de que el gobierno pudiera pagarlos, el tribunal lo considera concesión de "créditos ocultos" al gobierno, práctica prohibida por ley.

El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, enfrentado al gobierno y que recientemente se proclamó opositor en contra de la línea de su partido, tiene sobre la mesa decenas de solicitudes para abrir el 'impeachment', muchas de las cuales citan estas maniobras fiscales. Cunha, en cualquier caso, también tiene abierta una investigación por poseer cuentas en Suiza donde habría recibido 'mordidas' del caso Lava Jato, mayor escándalo de corrupción de la historia del país.

El Tribunal de Cuentas, antes de la votación, rechazó dos peticiones del gobierno para apartar del caso a juez instructor, calificado de "parcial" por el Ejecutivo. El gobierno quiere recurrir al Supremo Tribunal Federal (STF) para que invalide la recomendación del Tribunal de Cuentas, mientras que el líder de la oposición Aécio Neves, presidente del PSDB, anunció guerra al asegurar que esta situación "va a acortar el plazo" de la mandataria. "Abre una posibilidad concreta" para el impeachment, según dijo, aunque el rechazo de las cuentas "es sólo un componente para el agravamiento de la ya delicada situación de la presidenta y su pérdida de comando".

El escándalo de corrupción en torno a Petrobras ha salpicado a importantes miembros del PT como el ex presidente del partido José Dirceu y el ex tesorero Jõao Vaccari Neto, a directivos de algunas de las mayores empresas del país, como la propia Petrobras y la cosntructora Odebrecht, en un entramado que pagaba sobornos sistemáticos y millonarios para amañar contratos públicos.

Mientras el Banco Mundial aumentó para un 3% las previsiones de recesión de cara al cierre de 2015, la inflación sigue al alza con un acumulado porcentual de un 9,49% en los últimos doce meses y el real sigue descolgándose con respecto al dólar en el mercado financiero internacional.

A pesar de las medidas de austeridad y las privatizaciones anunciadas por Rousseff, los ciudadanos han perdido la fe en que la mandataria enderece la situación económica del país, según muestran las encuestas. Además, la presidenta no consigue controlar la agenda política frente a un legislativo sublevado. El rechazo de sus cuentas será más fuego en la Cámara en un incendio político que, después de este episodio, seguramente no tarde en llevar de nuevo a miles de personas a las calles contra la presidenta.

FUENTE: ElMundo