Viernes, 21 Marzo 2014 16:49

La UE Compensará a los Países Más Afectados si Aprueba Más Sanciones a Rusia

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William Hague, Frans Timmermans y Laurent Fabius, ministros de relaciones exteriores de Gran Bretaña, Holanda y Francia, respectivamente William Hague, Frans Timmermans y Laurent Fabius, ministros de relaciones exteriores de Gran Bretaña, Holanda y Francia, respectivamente

Las medidas incluirían sanciones económicas, migratorias y comerciales. Los Veintiocho firmaron un acuerdo de asociación política con el Gobierno de Kiev.

“Cuando das un puñetazo puedes lesionarte la muñeca”. El primer ministro británico, David Cameron, fue anoche uno de los líderes más combativos contra Rusia por la anexión de Crimea. Pero sintetizó con esa frase, durante la cena de jefes de Estado y de Gobierno, las dudas de los europeos por las consecuencias de su reacción: ese dilema en el que está Europa, entre el deseo de dar un golpe de mano a Rusia y el temor por las secuelas de esa acción. La Unión se unió el jueves a Estados Unidos en la ampliación de la lista negra de sanciones. Pero los líderes no quisieron ir más allá: no pasaron de las amenazas y enfatizaron que van a explorar la vía diplomática antes de pasar a la siguiente fase de sanciones.

Una alta fuente europea ha definido esta mañana el approach continental como “paciencia estratégica”. “Nadie quiere enviar tropas”, ha explicado esa fuente, “pero la cumbre ha mostrado una unión y una determinación claras para tener listas cuanto antes duras sanciones si Rusia no detiene las provocaciones. Esas medidas incluirían todos los ámbitos: sanciones económicas, migratorias y comerciales”. Junto con eso, la Comisión trabaja ya en un plan de contingencia “para compensar a los países más afectados si se pasa a la fase tres de sanciones”, según la citada fuente. El Consejo Europeo, sin embargo, se opone a esta medida. Según fuentes del organismo, se trata de una posibilidad que "ni entra en discusión".

Las conclusiones de la cumbre dejan claro que la amenaza está ahí, pero difícilmente se activará a corto plazo a no ser que Putin mueva los tanques.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han firmado este viernes con el primer ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk, los capítulos políticos del acuerdo de asociación que se ofreció al anterior Gobierno de Kiev y cuyo rechazo en noviembre desencadenaron las protestas en la capital. "La firma de la parte política del acuerdo UE-Ucrania simboliza la importancia que damos a las relaciones y que seguiremos adelante", dijo Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo.

Los líderes acordaron el jueves no especificar las medidas para dejarse suficiente margen de maniobra si llega una escalada rusa en el Este de Ucrania. Los países bálticos, Reino Unido y Rumania fueron los más duros a lo largo de la cena de anoche contra el desafío de Putin, con la firme convicción de que el aislamiento diplomático hará mella en Rusia, y con el convencimiento de que “Rusia depende de las exportaciones a Europa mucho más de lo que nosotros dependemos de Rusia”, según la citada fuente europea. Alemania abogó anoche por una solución pragmática, equilibrada, con la canciller Angela Merkel mucho menos ambivalente que en otras cumbres, pero a la vez alertando de las secuelas que provocaría subir un peldaño hasta la tercera fase de sanciones. “¿Tenemos claras las consecuencias? ¿Estamos listos para el siguiente paso?”, planteó Merkel al Consejo Europeo.

Para evitar que esta sea siempre la pregunta a la hora de valorar la relación con Rusia, los jefes de Estado y de Gobierno han decidido también atajar el problema de dependencia energética de la UE. La Comisión Europea se compromete a presentar en junio “un plan integral sobre seguridad energética”, según ha explicado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, al término de la cumbre. “Vamos en serio a la hora de reducir nuestra dependencia”, ha recalcado.

Van Rompuy y Barroso han detallado que ese plan incluirá medidas para diversificar más –ya se está haciendo en los últimos años- el grupo de países suministradores de energía, mejorar la eficiencia energética europea y potenciar las renovables. También se adquiere el compromiso de acelerar las interconexiones entre países que deben permitir, por ejemplo, que España trasvase a otros países de Europa central y del Este el gas que recibe de Argelia. De esa forma se puede prescindir más fácilmente de un proveedor como el ruso en caso de conflicto.

Además de estas cuestiones energéticas, la Comisión trabaja ya en paralelo para desarrollar un paquete sancionador en caso de que Putin vaya más allá de Crimea, y con las mencionadas medidas compensatorias para los países más dependientes por sus lazos económicos con Rusia. “Si hay una futura desestabilización de Ucrania, debe haber serias consecuencias para los rusos.

Pero el impacto en los propios países europeos será también muy desigual: no es lo mismo en el caso de Eslovaquia, Bulgaria o los bálticos, muy dependientes, que en el Sur, donde Portugal apenas se vería afectada o España sufriría en sectores como el turismo o la inversión residencial”, según fuentes europeas. El caso más problemático es Chipre: un país en pleno rescate europeo y en medio de una recesión profunda, que depende de las llegadas de turistas rusos para sacar la cabeza de una crisis oceánica. “Alemania y Reino Unido sufrirían impactos, pero menores. Hay países en los que la dependencia energética o la caída de ingresos en caso de activar las sanciones puede generar mayores problemas: la Comisión baraja distintos escenarios al respecto”, según la misma fuente. El diseño de las sanciones es fundamental: si hay embargo de armas, el país más perjudicado es Francia; si hay sanciones financieras, Reino Unido, Luxemburgo, Chipre y Letonia sufrirán las consecuencias. En caso de que las sanciones se centren en el sector energético, Alemania e Italia, junto con los países más próximos a Rusia, temen por los efectos de esas medidas y por la reacción de Rusia.

Las conclusiones de la cumbre dejan claro que la amenaza está ahí, pero difícilmente se activará a corto plazo a no ser que Putin mueva los tanques. La vía diplomática sigue –la “paciencia estratégica”--siendo la estrategia preferida. El comunicado del Consejo ofrece pistas de por dónde van los tiros: “En ausencia de una escalada, el Consejo Europeo se compromete a ampliar la lista de personas a las que se les congelarán sus activos y se prohibirán los visados. El Consejo cancela la próxima Cumbre UE-Rusia, y los Estados miembros no celebrarán cumbres bilaterales con Rusia por el momento. Además, el Consejo Europeo y los Estados miembros apoyan la próxima reunión de los países del G-7 en La Haya. También apoyan la suspensión de las negociaciones sobre la adhesión de Rusia a la OCDE [el club de los países ricos] y la Asociación Internacional de la Energía [otro think tank de los grandes países consumidores de energía]”.

“Basta de provocaciones”, fue una de las frases más pronunciadas ayer en la cena de líderes. Los jefes de Estado y de Gobierno europeos consideran que si lo que Putin quería era convertirse en el gran provocador, lo ha conseguido. Pero si lo que quiere es volver al viejo orden de las dos superpotencias, si lo que tiene es nostalgia del papel de Rusia en el mundo, la UE pretende hacerle pagar un alto precio, aunque es consciente de que parte de ese dolor será autoinfligido.

 

FUENTE: El País

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