La crisis política en Ucrania se agudiza tras la violenta carga policial que en la madrugada del sábado disolvió el mitin de protesta por el frenazo de la integración en Europa. Decenas de heridos de diversa consideración (siete de ellos hospitalizados) y decenas de detenidos fueron el resultado de la intervención de las fuerzas antidisturbios “Berkut” que, con porras y gases lacrimógenos, disolvieron a los manifestantes e hicieron correr la sangre en la plaza de la Independencia de Kiev.
El mitin, que había sido bautizado como euromaidán (combinación de la palabra Europa y maidán o plaza), había continuado después de la cumbre de la UE en Vilna, en la cual el presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, sucumbiendo a las presiones rusas, no firmó el tratado de asociación y el acuerdo de libre comercio negociados durante años por Ucrania con la UE. En la capital lituana, en la madrugada del viernes, fracasaron también intensas negociaciones de última hora protagonizadas por el viceprimer ministro de Ucrania Serguéi Arbúzov y el comisario Stephan Füle (responsable de la política de ampliación de la UE). Estos funcionarios trataron en vano de concertar un documento de ocho puntos, en el que se reabría el tema de las compensaciones financieras a Ucrania y se ponía una fecha concreta para la firma del acuerdo.
La actuación policial ha provocado fisuras internas en el equipo de Víctor Yanukóvich y el partido de las Regiones.
Tras la carga policial en Kiev, en teoría para instalar un gran árbol de Navidad, la protesta continuó en la plaza de San Miguel, junto al monasterio del mismo nombre que de madrugada sirvió de refugio a quienes huían de la policía. En el nuevo foco de protesta el tono era más exigente. La oposición parlamentaria, formada por tres partidos (Patria, de la encarcelada ex primera ministra Yulia Timoshenko; UDAR, del campeón de boxeo Vitali Klichkó, y Svoboda), ha creado un "comité de resistencia" y sus líderes exigen la dimisión de Yanukóvich y exhortan a la huelga general y a una gran manifestación este domingo. Desde la cárcel, Timoshenko ha instado a protestas masivas para echar a Yanukóvich del poder “de forma pacífica”.
La actuación policial ha provocado fisuras internas en el equipo de Víctor Yanukóvich y el partido de las Regiones. “Las ratas huyen del barco que se hunde”, eran los comentarios que podían oírse en la plaza de San Miguel, informa un despacho de la agencia Interfax, según el cual el jefe de la Administración Presidencial, Serguéi Levochkin, había dimitido por desacuerdo con la forma en que fue disuelto el mitin proeuropeo. La información fue desmentida por la Administración, pero por lo menos dos diputados del partido de las Regiones anunciaron que abandonaban la fuerza política del Gobierno. Por su parte el primer ministro, Mikola Azárov, en un comentario publicado en Facebook se desmarcaba de la carga policial y prometía una investigación para depurar responsabilidades.
Sobre los dirigentes de Ucrania llovían este sábado las críticas internacionales, desde EE UU a Polonia, pasando por los representantes de la Unión Europea. El jefe del Gobierno polaco, Donald Tusk, recordaba que Yanukóvich había garantizado la seguridad de los manifestantes y pedía explicaciones por los golpes recibidos por dos ciudadanos polacos durante la carga policial. En la plaza de San Miguel pudo verse durante el día a distintos embajadores europeos, entre ellos el de la UE, Yan Tombinski.
Los ministros de Exteriores e Interior de Ucrania, Leonid Kozhara, y Vitali Zajarchenko, se reunieron con los embajadores de la Unión Europea y de EE UU para debatir sobre los acontecimientos nocturnos en la plaza de la Independencia de Kiev.
Los ministros de Exteriores e Interior de Ucrania, Leonid Kozhara, y Vitali Zajarchenko, se reunieron con los embajadores de la Unión Europea y de EE UU para debatir sobre los acontecimientos nocturnos en la plaza de la Independencia de Kiev. "A los embajadores se les mostró un vídeo en el que se ve claramente la acción de los provocadores que crearon una situación conflictiva entre los responsables del orden público y los manifestantes", afirma la agencia Interfax citando el servicio de prensa del ministerio del Interior. El ministro Zajarenko prometió una investigación objetiva de los acontecimientos. "La policía entiende bien que los ciudadanos tienen derecho a expresar pacíficamente sus opiniones y reunirse en acontecimientos pacíficos".
La icónica plaza de la Independencia, reconvertida ahora en euromaidán por los manifestantes proeuropeos, fue escenario hace nueve años de la llamada entonces Revolución Naranja, una revuelta contra el fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2004, ganadas oficialmente por Yanukóvich, pero impugnadas por el prooccidental Víktor Yúshenko, quien finalmente se hizo con la presidencia tras repetirse los comicios.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Imanol Barrangú
FUENTE: El País