Estados Unidos vivió este martes una jornada incómoda en la ONU, cuando en la Asamblea General 188 de sus 193 países miembros volvieron a demandar el fin del bloqueo impuesto a Cuba.
Solo Israel acompañó a Washington en su aislamiento ante el máximo órgano de las Naciones Unidas, donde por 22 años consecutivos la comunidad internacional ha pedido el levantamiento del cerco económico, comerciales y financiero matenido por más de medio siglo y que ha causada daños a esa isla del Caribe estimados por La Habana en más de un billón de dólares.
El rechazo universal quedó reflejado en una resolución que apela al respeto del Derecho Internacional y la Carta de la ONU, texto sobre el que se abstuvieron en la nueva votación Micronesia, Islas Marshall y Palau.
El rechazo universal quedó reflejado en una resolución que apela al respeto del Derecho Internacional y la Carta de la ONU, texto sobre el que se abstuvieron en la nueva votación Micronesia, Islas Marshall y Palau.
Los principios de la igualdad soberana de los estados, la no intervención ni interferencia en sus asuntos internos y la libertad de navegación y comercio -todos violados por el bloqueo norteamericano- sobresalen entre los citados en el documento para respaldar el cese del cerco.
El moderno sistema de votación puesto en práctica en la Asamblea General permitió el sufragio en apenas 40 segundos, sin embargo, los representantes de la Casa Blanca en el foro tuvieron que escuchar tres horas de denuncias, críticas y recomendaciones realizadas por entidades y países a título nacional.
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, el Movimiento de Países No Alineados, el Grupo Africano, el G-77, la Caricom, la Organización de Cooperación Islámica, Angola, Argelia, Argentina, Belarús, Brasil, China, India, México, Sudáfrica, Venezuela y Vietnam estuvieron entre los bloques y estados que intervinieron ante la Asamblea.
Desde el podio se escucharon calificativos para el bloqueo de Washington como: genocidio, criminal, inhumano, ilegal, sin cabida en el siglo XXI, anacronismo y contrario al Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas.
A su turno, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció el recrudecimiento de las sanciones por la actual administración, con datos que demuestran una mayor persecución a las transacciones financieras de la isla.
Además, expuso ejemplos sobre el impacto de esas medidas en sectores tan sensibles como la salud de los niños, en particular para el tratamiento a problemas pulmonares, cardiovasculares e inmunológicos.
Menores cubanos no pueden ser tratados con el dispositivo Amplatzer para curar la comunicación interauricular o cerrar el cortocircuito vascular en el conducto arterioso, ni con los dispositivos utilizados en el cateterismo intervencionista, o recibir medicamentos de mejor calidad para tratar la insuficiencia cardiaca, ilustró.
Pese a la hostilidad de Estados Unidos, Rodríguez manifestó la disposición de La Habana a avanzar hacia la normalización de las relaciones bilaterales, a partir de un diálogo serio, constructivo y entre iguales, que respete su independencia.
Los peligros que amenazan la existencia humana son graves e inminentes, por lo que es indispensable un cambio profundo en la manera de tratar y resolver los problemas y conflictos del mundo, afirmó.
El titular de Relaciones Exteriores precisó que ese escenario pasa por el diálogo y la cooperación, en lugar del "egoísmo y la filosofía del despojo que llevan a la guerra, al uso de la fuerza y a las medidas económicas coercitivas que, silenciosamente, también hieren y matan".
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Imanol Barrangú
FUENTE; Prensa Latina