La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, ha admitido "deficiencias" en la gestión de la respuesta ante el ataque al consulado de Bengazi, un atentado que ha enmarcado en una creciente inestabilidad en el norte de África como consecuencia de las revueltas árabes.
"Bengazi no ocurrió en un vacío", ha señalado Clinton al comienzo de una audiencia en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado que se retrasado debido a su mal estado de salud. "Las revoluciones árabes han revuelto las dinámicas de poder y sacudido a las fuerzas de seguridad en toda la región", ha añadido, en referencia a la guerra en Mali y al secuestro múltiple de Argelia.
Clinton ha asumido "toda la responsabilidad" del ataque que el pasado 11 de septiembre mató en la ciudad libia a cuatro estadounidenses –entre ellos el embajador estadounidense Christopher Stevens– un suceso que amenaza con manchar su expediente en el Departamento de Estado. Según una investigación independiente hubo una serie de fallos de sistema de gestión que provocaron que el consulado en Bengazi no contara con la seguridad suficiente en el momento del ataque.
"Nadie está más comprometido que yo para corregir todo esto. Estoy decidida a dejar el Departamento de Estado y nuestro país más seguro y más fuerte", ha subrayado Clinton, que cederá en las próximas semanas su cargo a Jonh Kerry.
"ESTO ES ALGO PERSONAL"
A Clinton le ha costado contener las lágrimas en varios momentos de su intervención. Por ejemplo, cuando se ha referido a las familias que perdieron a sus seres queridos en el primer ataque en el que muere un embajador estadounidense desde 1988. "Para mí, esto no es sólo una cuestión de política, es personal", ha afirmado con la voz quebrada al recordar que ella misma abrazó a los familiares de los cuatro estadounidenses que murieron en el ataque.
"Yo estaba de pie junto al presidente Obama cuando la Infantería de Marina llevaba los ataúdes cubiertos con la bandera en (la base) Andrews," ha relatado. "Abracé a madres y padres, hermanas y hermanos, hijos y esposas que se quedan solas cuidando a sus hijos", ha añadido.
Sin embargo, la Secretaria de Estado se ha mostrado decidida ante las muchas críticas de los senadores republicanos. Bob Corker ha acusado al Gobierno de Barack Obama de una "lamentable falta de preparación" ante la amenaza jihadista en el norte de África.
El cambiante relato oficial, que durante dos semanas achacó el ataque a protestas espontáneas por un vídeo antimusulmán y después lo atribuyó a militantes vinculados a Al Qaeda, hizo que muchos republicanos acusaran al Gobierno de Barack Obama de no querer reconocer un atentado terrorista en plena campaña electoral.
"NO HUBO RETRASOS NI FALTA DE APOYO"
Clinton ha recordado que aunque el Gobierno era consciente de que había sido "un acto de terror" desde el principio, no sabía "quiénes eran los atacantes" y "cuáles eran sus motivos".
"Tienen razón", ha reconocido Clinton, "era un atentado terrorista y lo denominamos ataque por milicianos fuertemente armados y eso pasó claramente. Pero –ha matizado– la gran pregunta es qué lo causó y por qué no lo supimos. No supimos dónde estaban los atacantes ni cuáles eran sus motivos".
"Hay pruebas de que los ataques fueron deliberados, oportunistas y coordinados, pero no necesariamente indicativos de un plan elaborado", ha explicado Clinton, que no ofreció más detalles dado que la indagación de la Oficina Federal de Investigación (FBI) sobre el ataque aún no ha concluido.
La jefa de la diplomacia ha afirmado que el mismo 11 de septiembre "no hubo retrasos en la toma de decisiones ni se negó apoyo (a la misión) desde Washington ni desde las Fuerzas Armadas". Ha recordado que la investigación independiente que ella misma encargó concluyó con 23 recomendaciones, que se han traducido en "64 áreas específicas de acción".
"Todas estas áreas de acción se han asignado a oficinas específicas, con plazos claros para su implementación. De ellas, el 85% están en camino de completarse para finales de marzo, y algunas ya se han completado", ha precisado.
La polémica sobre el ataque en Bengazi costó a Susan Rice, la embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas, la oportunidad de suceder Clinton como secretaria de Estado.
Clinton ha afirmado no fue ella quien seleccionó a Rice para dar a conocer las informaciones de inteligencia sobre el ataque, ante las críticas de los republicanos a las declaraciones de ésta al respecto.
Rice reconoció que sus declaraciones iniciales sobre el ataque fueron "incorrectas", pero subrayó que nunca quiso "engañar", y se retiró de la lista como posible sucesora de Clinton, quien será sustituida por John Kerry.
FUENTE: RTVE