El diputado ultraderechista y ex capitán del Ejército Jair Messías Bolsonaro oficializó en un acto en Río de Janeiro su candidatura presidencial para las elecciones presidenciales brasileñas de Octubre, marcadas por la prisión del máximo favorito de cara a la contienda electoral, el ex presidente y líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva.
El candidato del Partido Social Liberal (PSL) comenzó su discurso diciendo que "Mi candidatura es una misión. Si estoy aquí es porque creo en ustedes, y si ustedes están aquí es porque creen en Brasil"
El internacionalista del Centro de Estudios Políticos e Internacionales -CEPI- y de Fundamentar.com, Emilio Ordóñez, analizó el perfil de Bolsonaro y el escenario electoral brasileño en diálogo con el programa Todas Las Voces que se emite por la AM 1330 de Rosario. “Bolsonaro se presenta a esta campaña con una agenda previsible, una agenda que involucra, en primer lugar, la liberación de armas”, indicó el analista, y enfatizó que “es uno de los grandes abogados a favor de una mayor liberalización de la economía brasileña”, lo cual significa “la continuidad del programa económico que está llevando adelante el gobierno surgido del putsch institucional que dejó fuera de carrera a Dilma Rousseff en la presidencia”.
Además, Ordóñez describió al candidato como “uno de los principales garantes de un sector muy representativo del ejército y la policía en el congreso y, sobre todo, del evangelismo, que allí en Brasil tiene un poder político nada despreciable” ya que “es uno de los factores más importantes que están representados también en el Congreso”.
“Bolsonaro está a 16 puntos de Lula Da Silva -33 puntos contra 17- en las últimas encuestas que consideran a Lula como candidato. En las que no se encuentra Lula como candidato, Bolsonaro se encuentra primero a pocos puntos de la segunda, que es Marina Silva del partido Red y Sustentabilidad”, explicó el analista.
Emilio Ordóñez dijo que “finalmente, Bolsonaro hace su aparición oficial en la campaña brasileña con un claro sesgo antipetista. En el acto volvió a repetir que ‘cuatro años más de gobierno del Partido de los Trabajadores es inaguantable para Brasil’, confirmando que él va a tomar los postulados políticos y económicos del gobierno de Michel Temer, pero sin ser específicamente el heredero”. En este sentido, el internacionalista de Fundamentar.com reflexionó también sobre el proceso político desde la asunción de Michel Temer, indicando que “ha habido una incapacidad por parte de los factores que llevaron adelante el golpe institucional de crear un candidato de centro-derecha mucho más amigable o, en su defecto, un candidato que tuviera algún sesgo de centro amigable a aquellos desencantados con el PT”
Con respecto a la amplia diferencia en las intenciones de voto de Lula y Bolsonaro, Ordóñez fue contundente al afirmar que “no da la sensación de que se vaya a achicar en el futuro previsible. Es más, da la sensación de que podría aumentar, habida cuenta de que Lula continúa recibiendo apoyos. Aparte, la sensación que dejan los últimos movimientos judiciales en torno a Lula es que, efectivamente, no hay un proceso político destinado a limpiar a la política brasileña de la corrupción, sino más bien tratar de impedirle a Lula que se candidatee a la presidencia. Esto es visto así por algunos sectores que en circunstancias normales no hubieran elegido a Lula, y que en base a esta persecución judicial que se percibe como cierta, votarían a Lula Da Silva”.
“El PT ya dijo muchas veces, y lo va a seguir repitiendo, que Lula es el único candidato posible, que no hay plan B. Si hay un plan B, no lo sabemos, pero la pelea está dada entre Lula y Bolsonaro. Esta situación también favorece a Lula y le permite mantener una ventaja. En caso de ser elegido en prisión, generaría una situación inédita en Brasil. Y en caso de no ser permitida su elección, si el voto en blanco y la abstención le ganan a Bolsonaro, será un escenario mucho más imprevisible y mucho más caótico políticamente, habida cuenta de la falta de legitimidad”, concluyó Emilio Ordóñez.
(*) Miembro del Centro de Estudios Políticos Internacionales (CEPI)