El mandatario estadounidense hizo 11 menciones expresas a Irán, 8 a Corea del Norte y un número igual a Venezuela.
No habló de ninguno de ellos en términos favorables.
Acusó a Irán de ser "una dictadura corrupta" que usa sus recursos para causar inestabilidad en otras partes del mundo, financiando a "terroristas que matan a musulmanes inocentes y atacan a sus pacíficos vecinos árabes e israelíes".
Se refirió al gobierno de Corea del Norte como un "régimen depravado" al que responsabilizó de la muerte por inanición de millones de sus ciudadanos y cuyo programa de armas nucleares y de misiles balísticos "amenaza al mundo entero con una impensable pérdida de vidas humanas".
En cuanto a Venezuela, acusó al gobierno de Nicolás Maduro dehaber establecido una "dictadura socialista que ha causado un dolor terrible" sobre sus ciudadanos.
"Los venezolanos mueren de hambre y su país está colapsando. Sus instituciones democráticas están siendo destruidas. Esta situación es inaceptable y no podemos quedarnos parados y observar", dijo Trump, quien el lunes por la noche se reunió con los presidentes de Colombia, Brasil y Panamá para hablar sobre Venezuela.
El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, rechazó las afirmaciones de Trump y dijo que su discurso ante la ONU parecía retroceder a la misma retórica de la Guerra Fría.
Aseguró que Venezuela ha construido una revolución democrática y constitucional que se basa en procesos electorales.
En su discurso, el mandatario estadounidense habló de "regímenes parias", calificativo que luego aplicó específicamente a Irán y Corea del Norte.
"El flagelo de nuestro planeta hoy es un pequeño grupo de regímenes parias que violan cada uno de los principios sobre los cuales se basa la ONU. Ellos no respetan ni a sus propios ciudadanos ni los derechos soberanos de sus países", dijo.
La utilización del término "parias" para algunos países concretos llevaron a algunos analistas a ver algún paralelismo con el "eje del mal" del que habló en su discurso del Estado de la Nación en 2002 el entonces presidente estadounidense George W. Bush.
"Hubo un reconocimiento al tema del viejo eje del mal. Él (Trump) contrapuso a 'los muchos justos' con 'los pocos malos', con su galería de parias en la que predeciblemente aparecían Corea del Norte, Irán y Venezuela", escribió Jonathan Marcus, corresponsal sobre temas diplomáticos de la BBC.
Pero, ¿qué significa que Trump haya dado tanta importancia a Venezuela en su discurso y qué implicaciones puede tener?
Tema prioritario
Michael Shifter, director de Diálogo Interamericano, un centro de análisis regional con sede en Washington, aseguró no estar sorprendido por el papel destacado de Venezuela en el discurso del mandatario estadounidense.
Ante la grave crisis económica miles de venezolanos han huido hacia países de la región donde son atendidos en centros para refugiados. GETTY IMAGES
"Es un tema importante para él y para su equipo. Es la primera prioridad en América Latina", dijo Shifter a BBC Mundo, lamentando que el mandatario estadounidense dedicara mucho tiempo a describir la crisis que vive Venezuela pero no a hablar de la hoja de ruta para salir de ella.
"Existe la tentación de interpretar el hecho de que él metió a Venezuela junto a Irán y a Corea del Norte para concluir que puede haber una respuesta militar a la situación en ese país, pero yo lo descarto", agregó.
Elsa Cardozo, profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Simón Bolívar de Caracas, considera que la situación planteada no parece comparable con la del eje del mal de Bush.
"El discurso del eje del mal se produjo en uno de los momentos más duros de la llamada lucha contra el terrorismo. No parecen momentos comparables. Tampoco ha habido insistencia por parte del gobierno de Trump en establecer una conexión entre Venezuela y otros estados considerados malignos. No parece ser el caso en este momento", dijo Cardozo en una conversación con BBC Mundo.
El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, dijo que Venezuela tiene una "revolución democrática" basada en elecciones. REUTERS
La analista coincidió con Shifter en que la crisis venezolana representa una preocupación muy importante para América Latina y todo el continente.
"Hay un asunto que tiene mucho impacto que es el de la inmigración venezolana. Ya no se trata de personas que viajan para establecerse en otro país, sino que cada vez tienen más características de refugiados, de personas que emigran sin saber cómo van a sobrevivir en una condiciones tremendamente precarias. Eso es un gran problema", dijo.
"Además, a medida que el Estado se acerca a eso que Trump llama 'el colapso' se convierte en caldo de cultivo para cualquier cantidad de ilícitos como el narcotráfico. Es algo que los gobiernos de la región reconocen sin cortapisas", agregó.
Motivaciones
Shifter cree que el papel destacado que tuvo Venezuela en el discurso de Trump responde también a un intento de ofrecer una imagen determinada que le interesa.
El alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra'ad Al Hussein, acusó al gobierno de Nicolás Maduro de aplicar "una política destinada a reprimir el disenso político e infundir temor en la población venezolana”. GETTY IMAGES
"Esa es una forma de proyectarse como el hombre duro ante un gobierno que no tiene muchos aliados en estos momentos, cuando todo el mundo reconoce la gravedad de la situación y el fracaso de modelo en Venezuela. Entonces, es fácil para él salir con una retórica agresiva", dijo.
"También es uno de los pocos temas en los que Trump puede decir que tiene una postura a favor de la democracia, pero él no menciona a Rusia, ni a Turquía ni a Filipinas ni a Arabia Saudita, que no son precisamente modelos de democracia", agregó.
Cardozo sostiene que el discurso de Trump fue un esfuerzo para compatibilizar su tesis aislacionista de "Estados Unidos primero" con la responsabilidad internacional y la necesidad de actuar frente a gobiernos que incumplen con las normas y desconocen los derechos de sus ciudadanos.
"Creo que hay unas cuantas preocupaciones sobre la estabilidad regional y sobre la influencia de actores de fuera del continente, como Rusia", señaló.
"Este es un tema geopolítico sobre el cual él quiere construir una imagen interior y también es una manera de acercarse a la región, donde una mayoría de países comparte la preocupación sobre la situación de Venezuela", añadió.
Aislamiento
Pero, ¿cuánto se asemeja la situación de Venezuela a la de un estado paria?
Shifter cree que no se trata de un calificativo adecuado.
"Es un país con una situación dramática, trágica y gravísima, pero es un gobierno muy aislado en este momento. Creo que está totalmente preocupado por su sobrevivencia como gobierno y en cómo encontrar la manera de perpetuarse en el poder", dijo.
"Cuando se hacen comparaciones con el eje del mal, es importante recordar que hay una diferencia total entre el caso de Venezuela y los de Irán y Corea del Norte. Ellos tienen un programa nuclear y, en el caso de Corea del Norte, lo proyecta hacia afuera. Venezuela no tiene la capacidad ni el interés de hacer esto", agregó.
Cardozo señala que un estado paria es uno que se encierra y se aísla para violar todas las normas internacionales.
"Aunque se comporte de forma canalla en muchas áreas, el régimen venezolano aún tiene ciertos límites. No parece ser cuestión de principios, porque ha habido una violación flagrante de los derechos humanos, pero en materia económica hay ataduras que le obligan a gestionar ciertas cosas con la comunidad internacional", dijo la especialista.
"Venezuela aún no está en la situación de Corea del Norte", concluyó.
FUENTE: BBC Mundo