La oportunidad más ambiciosa de los últimos meses para llevar la paz a Siria tras más de cuatro años de guerra civil ha comenzado esta mañana en un céntrico hotel de Viena. Los ministros o viceministros de Exteriores de 17 países —incluidos Rusia, Estados Unidos, Arabia Saudí, Irán y Turquía— y los enviados de la UE y de la ONU buscan un acuerdo de paz y, sobre todo, un plan común sobre la Siria del futuro. Pese a la buena señal de que todos los actores externos relevantes hayan accedido a sentarse en torno a una mesa —a la que representantes de Teherán se sientan por primera vez—, no se espera que este viernes vaya a haber un avance definitivo. Como mucho, buscar unos puntos básicos de acuerdo sobre los que se pueda seguir trabajando.
El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, rebajó el optimismo con una especie de trabalenguas. “Estoy esperanzado, pero no lo llamaría optimismo”, dijo antes de iniciar unas negociaciones que él mismo definió como “muy difíciles”. El objetivo es, también en palabras del jefe de la diplomacia estadounidense, buscar “una salida al infierno” en el que se ha convertido Siria. El ministro alemán Frank-Walter Steinmeier dijo que la reunión, que calificó de "síntoma esperanzador", podría ser eficaz si "todos llegamos a la negociación preparados para contribuir realmente a la pacificación de Siria".
Por primera vez el gobierno iraní se sienta a negociar
Pero desde Damasco llegan noticias que muestran lo difícil de este objetivo. Mientras en Viena las potencias mundiales negocian, al menos 40 personas murieron el viernes y un centenar resultó herida por una ataque de las fuerzas del régimen de Bachar el Asad en Duma, el principal bastión opositor a las afueras de Damasco. El ataque se produjo en la plaza del mercado de esta ciudad, según información recogida por la agencia Reuters del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
La novedad de la reunión de Viena es que por primera vez se sienta en la mesa negociadora el Gobierno iraní, estrecho aliado de El Asad. Rusia, la otra potencia que apoya al dictador sirio, ha llevado a Austria la propuesta de que la oposición siria —que no participa en las conversaciones de estos días— constituya una delegación para dialogar con el régimen de El Asad. Moscú propone que este grupo incluya a representantes del Ejército Libre Sirio, el principal grupo armado sobre el terreno.
FUENTE: El País