El juicio contra el ex presidente, el islamista Mohamed Mursi, amenaza con reavivar los ánimos cuatro meses después del golpe de Estado que le desalojó del poder.
El proceso, que comienza el próximo lunes, ha puesto en alerta a las fuerzas de seguridad. La alianza islamista ha llamado a celebrar desde este viernes marchas diarias en todas las provincias del país en apoyo al ex mandatario, en paradero desconocido desde el 3 de julio.
La alianza islamista ha llamado a celebrar desde este viernes marchas diarias en todas las provincias del país en apoyo al ex mandatario.
"El primer presidente civil y electo de la historia del país está secuestrado. Nadie sabe donde se encuentra detenido. Está privado de los más básicos derechos humanos y es incluso acusado de un delito, ¿Dónde quedan sus derechos legales?", denuncia la Alianza en Defensa de la Legitimidad, integrada por los Hermanos Musulmanes y sus aliados en un comunicado. La coalición insta "al orgulloso y libre pueblo de Egipto a manifestarse en todas las plazas del país en protesta por los falsos cargos contra el presidente legítimo".
Bajo el lema "Juicio a la voluntad popular", el bloque llama a mantener marchas diarias desde este viernes y hasta el lunes, inicio del juicio contra Mursi y jornada bautizada como "el día de la resistencia del presidente". El objetivo es que las protestas más multitudinarias se celebren el lunes e incluso lleguen a las inmediaciones de la Academia de los Suboficiales de la Policía, en el complejo penitenciario cairota de Tora, el lugar que albergará la primera sesión y donde permanece la mayoría de los líderes de la Hermandad.
Mursi y otros 14 dirigentes de la cofradía están acusados de incitar a la violencia contra manifestantes a las puertas del palacio presidencial de Itihadiya el 5 de diciembre de 2012 unos días después de publicar un decreto presidencial que blindó la redacción de la Constitución.
Tras los choques entre partidarios y detractores del entonces presidente que dejaron una decena de muertos y cientos de heridos, medio centenar de personas fueron torturadas y detenidas ilegalmente a las puertas del palacio por simpatizantes de la Hermandad.
Mursi y otros 14 dirigentes de la cofradía están acusados de incitar a la violencia contra manifestantes a las puertas del palacio presidencial de Itihadiya el 5 de diciembre de 2012 unos días después de publicar un decreto presidencial que blindó la redacción de la Constitución.
En previsión de las protestas, las fuerzas de seguridad advierten de que actuarán con mano de hierro. Este viernes vehículos blindados han cerrado los accesos a la simbólica Tahrir y a las plazas de Rabea Al Adauiya y Nahda, donde los islamistas levantaron las acampadas cuyo salvaje desalojo costó cientos de vidas el 14 de agosto.
El lunes, unos 20.000 policías y soldados velarán por el comienzo del proceso judicial, según el Ministerio del Interior. Las autoridades han asegurado que "actuarán con decisión y fuerza" para evitar cualquier tentativa de asaltar la sala del juicio o acercarse a Tora. Mañana, los agentes se desplegarán por los aledaños y las azoteas cercanas a la cárcel.
La escalada de la tensión ha marcado la última semana. Las huestes de Mursi han convertido las universidades en el foco más activo de la resistencia. El miércoles las fuerzas del orden irrumpieron en el campus cairota de Al Azhar, la universidad suní más prestigiosa del mundo, después de que estudiantes islamistas entraran en la sede de la administración y retuvieran durante algunas horas al rector. Una veintena de universitarios fueron arrestados y el recinto sufrió severos daños.
Ese mismo día el vicepresidente del brazo político de la Hermandad, Esam el Erian, fue 'cazado' en un apartamento de la capital. Era el último dirigente clave en libertad. "Su arresto complica aún más cualquier intento de reconciliación. Los dirigentes que están en prisión son los mejor preparados para liderar las negociaciones. La encarcelación no solo no debilitará la contestación en la calle sino que reavivará las protestas", reconoció a EL MUNDO Mohamed Abdelatif, secretario general del partido Al Wasat y miembro destacado de la alianza islamista.
Además, fuentes de seguridad han anunciado este viernes el arresto de 22 mujeres que pertenecían a la rama femenina de la Hermandad en la ciudad mediterránea de Alejandría. Están acusadas de interrupción del tráfico, pertenencia a organización clandestina y distribución de panfletos ilegales.
Desde julio, las autoridades han emitido órdenes de arrestos contra cientos de miembros de la organización islamista. Desde el desalojo de las acampadas, las redadas policiales han cazado a líderes y miembros intermedios; diezmado la cofradía y debilitado su músculo organizativo. La organización, además, ha sido ilegalizada empujando a sus miembros hacia la clandestinidad. Un órgano estatal ha recomendado ilegalizar también el brazo político del movimiento.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Priscila Pretzel
FUENTE: EL MUNDO