¿CÓMO SE LLEGÓ A ESTE PUNTO?
El martes 1 de octubre, el Congreso de EE.UU. debía aprobar el presupuesto 2013-2014, pero la oposición republicana -que es mayoría en la Cámara de Representantes- amarró ese tema a la postergación por un año de la reforma a la salud, el proyecto estrella de Barack Obama. El “Obamacare”, que entró en vigencia la semana pasada, permite que los estadounidenses que no tienen seguro médico (48 millones de personas) puedan obtener uno, ya que obliga por ley a contratar un seguro y subsidia a quienes no puedan financiarlo.
El Partido Republicano ha criticado el hecho de que sea obligatorio contratar un seguro de salud, porque el Estado no debería entrometerse en esto. Así como no se aprobó el presupuesto, ese día se decretó el cierre del gobierno federal, que implica la paralización de los servicios públicos y que unas 900 mil personas hayan quedado con sus trabajos en suspenso. El último cierre del gobierno ocurrió durante la era Clinton, en 1995.
FECHA LÍMITE PARA TRATAR LA DEUDA
El próximo jueves 17 de octubre, el Legislativo debe acordar la elevación del techo de la deuda estadounidense, la cifra máxima en la que EE.UU. puede endeudarse. Ese día, al país se le acaba el dinero para desarrollar sus proyectos y pagarles a los acreedores. El jueves, los republicanos se abrieron a discutir el techo de la deuda y ambas partes enviaron señales positivas para evitar el default. El plan de los republicanos es extender por seis semanas el techo de la deuda, pero Obama quiere que, primero, se ponga fin al “shutdown”.
Las conversaciones continuaron ayer, pero con un ambiente de tensión y pesimismo. “No sería inteligente, como algunos sugieren, empujar para adelante el techo de la deuda por un par de meses y coquetear con el primer default internacional en medio de la temporada de compras por las fiestas”, advirtió ayer Obama.
El presidente ha dicho que sería la primera vez que el país caería en cese de pagos, aunque según la BBC, esto ocurrió en 1790 y en 1933, durante la Gran Depresión. Del Congreso depende que se ponga fin al cierre del gobierno y también que se logre un acuerdo para elevar el techo de la deuda (US$ 16,7 billones). Según un alto funcionario del Banco Mundial citado por France Presse, la caída en default sería peor que la crisis financiera de 2008. Las implicancias tendrían alcance mundial.
EL ROL DE LOS REPUBLICANOS
Una encuesta de The Associated Press reveló esta semana que el 62% culpa a los republicanos por el cierre del gobierno. Es decir, la mayoría estima que la oposición llevó al país a este punto. De todos modos, un sondeo de la NBC señaló que el 31% culpa a Obama. Varias encuestas muestran que esto le podría costar muy caro al Partido Republicano, que incluso perdería la Cámara de Representantes en las elecciones de 2014. De acuerdo con Gallup, apenas el 28% de los norteamericanos tiene una buena imagen de los republicanos, su mínimo histórico.
A ojos de la mayoría, el líder republicano John Boehner se ha mostrado intransigente. Pero para el 52% de los estadounidenses, Obama no ha hecho mucho por cooperar con los republicanos. “La mayoría culpa a la oposición, pero esto debilita a Obama”, dijo el politólogo y encuestador John Zogby. Según The New York Times, el Tea Party y los más conservadores han presionado a Boehner para que no ceda y se mantenga firme. Cuatro de cada 10 republicanos se identifica con este movimiento, pero las divisiones que hay al interior del partido son innegables. Incluso, de acuerdo con el Times, hay algunos republicanos para los que no resulta tan terrible que EE.UU. caiga en default.
LIDERAZGO DE OBAMA
Los analistas sostienen que las divisiones al interior de la oposición son beneficiosas para Obama en el corto plazo, pero que si finalmente no se llega a una solución, el mandatario también será criticado. Ello, porque Obama será juzgado por sus logros. Y hasta ahora, su liderazgo ha estado en juicio.
Según Antonio Caño, corresponsal de El País en Washington, la situación es tan grave y de tal magnitud, que el gobierno ha considerado una enmienda constitucional “de difícil interpretación para que el presidente se salte la autoridad del Congreso y decida por su cuenta pagar las deudas. La Casa Blanca se resiste a dar este paso”. El cierre del gobierno ha tenido implicancias para la política exterior de Obama, quien debió suspender una gira por Asia y ausentarse del Apec en Indonesia, cediéndoles el protagonismo a China y Rusia.
EFECTOS ECONÓMICOS
Lo que está en juego es la economía de Estados Unidos, la más grande del planeta. Toda esta situación ha interrumpido la entrega de indicadores económicos necesarios para la toma decisiones en la política monetaria. Según una encuesta de Bloomberg, la crisis le costará 0,2 puntos porcentuales a la economía este trimestre. Cada día en que el gobierno esté cerrado le cuesta al país el 0,02% del PIB. Si bien a Wall Street no le preocupa el cierre del gobierno, la posibilidad de que no se eleve el techo de la deuda “causa escalofríos a los mercados e incluso a las instituciones financieras internacionales”, señaló EFE.
Entre las consecuencias que han generado las disputas políticas en EE.UU., si el cierre del gobierno continúa una semana más, no habrá datos de ventas minoristas, precios al productor, ni inventarios.
También el cálculo del PIB está en suspenso. “Washington debe mostrar liderazgo”, advirtió la directora gerente del FMI, Christine Lagarde. “Nosotros no adoptamos puntos de vista políticos, pero al ver los precios de la Bolsa y de los bonos vemos que no está ayudando a la economía de EE.UU. tener esta incertidumbre y esta forma de lidiar con los asuntos fiscales y de deuda”, agregó.
PERSONAJES CLAVES
Lo que está en juego es la economía de John Boehner, el líder de los republicanos, es él quien tiene una de las llaves para solucionar la crisis. La otra llave la maneja Obama. Boehner es considerado un conservador, aunque The New York Times sostiene que ha sido presionado por sectores aun más conservadores que él. Su cargo es el mismo que tiene el personaje de Kevin Spacey en la serie House of Cards.
Este político posee una larga carrera y asumió su cargo en 2011. Boehner es clave, ya que su cargo le permite someter a una votación asuntos como el cierre del gobierno. Tiene 64 años, no es considerado como un radical y se crió al interior de una familia numerosa (11 hermanos) en un barrio obrero de Cincinnati. Otra figura importante es Charlie Dent, un congresista moderado de Pennsylvania, que de acuerdo con el Times, lidera un grupo de republicanos que está dispuesto a dialogar sin condiciones.
También ha sido importante el rol de Paul Ryan, espadachín de los conservadores y ex candidato a vicepresidente en la fórmula republicana de 2012. Este congresista, que presidente el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, propuso negociar con el gobierno sin amarres con la reforma a la salud.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Rafael Pansa
FUENTE: LaTercera