Con horas de diferencia y en dos países de África separados entre sí por casi 5.000 kilómetros de distancia, Estados Unidos llevó a cabo este fin de semana dos operaciones de asalto y captura contra destacados miembros del terrorismo islámico refugiados en Libia y Somalia. “Nunca es demasiado tarde”, dijo este domingo John Kerry, el secretario de Estado norteamericano, que se encuentra en Indonesia asistiendo a la cumbre de los países del Asia y Pacífico (ASEAN). Al Qaeda “puede correr pero no se puede esconder”, puntualizó el jefe de la diplomacia.
La operación llevada a cabo en Libia por tropas norteamericanas asistidas por el FBI y la CIA se saldó con la captura en Trípoli de Nazih al Ragye, 49 años, conocido por el alias de Anas Al Libi y buscado por EEUU por ser el cerebro de los atentados en 1998 contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania, donde murieron 224 personas, entre ellas 12 norteamericanos. Al Libi debía ser entregado ayer en EEUU a las autoridades competentes, poniéndose así fin a una orden de caza y captura que sumaba ya 15 años y ofrecía cinco millones de dólares por su entrega “vivo o muerto”.
Sobre la misión desarrollada en Somalia por un comando de Navy Seals -concretamente el 6, el mismo que acabó con la vida de Osama Bin Laden-, los detalles eran escasos y confusos. Se sabe que antes del amanecer del sábado, el comando desembarcó en las costas del Índico con lanchas rápidas para capturar en el bastión de Barawe (un pequeño puerto al sur de Mogadiscio) a un destacado líder de Al Shabab, la milicia islamista somalí vinculada a Al Qaeda y responsable del ataque contra el centro comercial de Nairobi (Kenia) el mes pasado, que se saldó con al menos 60 víctimas.
Si el operativo de Libia se cumplió con efectividad y Anas Al Libi fue apresado por un destacamento enmascarado de fuerzas especiales Delta en las calles de Trípoli cuando regresaba a su casa tras las plegarias de la mañana –intentó sacar un arma de la guantera de su coche para defenderse sin lograrlo-, el de Somalia fue infructuoso, ya que según una fuente oficial norteamericana el objetivo habría logrado escapar. Sí es un hecho que los Navy Seal tuvieron que pedir ayuda para ser sacados de la operación en helicóptero tras sufrir un intenso tiroteo durante más de una hora.
La operación llevada a cabo en Libia por tropas norteamericanas asistidas por el FBI y la CIA se saldó con la captura en Trípoli de Nazih al Ragye, 49 años, conocido por el alias de Anas Al Libi y buscado por EEUU por ser el cerebro de los atentados en 1998 contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania, donde murieron 224 personas
El nombre del terrorista buscado no se ha hecho público por el Pentágono, pero aparentemente el objetivo era Mujtar Abu Zubeyr, conocido como Ahmed Godane, jefe de Al Shabab. Según fuentes militares, ningún norteamericano resulto herido o muerto en la misión aunque el comando causó varias bajas entre los miembros de Al Shabab antes de retirarse.
Según fuentes oficiales, el hecho de que ambas operaciones se desarrollaran casi a la vez es pura coincidencia pero pone de evidencia la presencia y resurrección de Al Qaeda en África y la determinación de EEUU de perseguir a los implicados en los crímenes cometidos contra sus nacionales, medie el tiempo que medie. Según un analista militar consultado por CNN, el teniente coronel Rick Francona, cada misión se podía haber desarrollado “independientemente de la otra”. “Pero el hecho de que se hayan producido las dos pone de evidencia que EEUU –no importa lo que se tarde- no ceja en sus objetivos”.
Concentrado en el frente doméstico, donde el presidente se enfrenta el martes a los primeros siete días de cierre de la Administración por la incapacidad del Congreso de llegar a un acuerdo sobre el presupuesto,Barack Obama tendrá que responder a los más críticos y defenderse de quienes le acusen de haber dado un golpe efectista buscando una victoria contra el terrorismo.
Sobre ambas operaciones fueron informados las Administraciones de los países donde se desarrollaron, según fuentes oficiales norteamericanas. Pero el Gobierno de transición libio asegura no haber tenido aviso de que se iba a capturar a Al Libi y ha pedido “explicaciones” a Washington por el secuestro de un ciudadano libio, según un comunicado de la oficina del primer ministro libio, Alí Zeidan.
Con motivo de la intervención de EEUU en Libia en marzo de 2011, Obama prometió que en ningún momento habría soldados sobre el terreno en aquel país, lo que la decisión del presidente de dar luz verde a la misión de Trípoli no estaba exenta de riesgos militares y políticos.
La captura de Al Libi, destacada figura de Al Qaeda, tendrá sin duda un impacto psicológico entre las filas del grupo terrorista y podría desembocar en la obtención de importante información para el Pentágono sobre las actividades del grupo y su verdadera presencia en África.
La Casa Blanca dejó saber a través de Kerry que el presidente estaba “satisfecho con los resultados” de ambos asaltos. “Esperamos que esto deje claro que Estados Unidos nunca parará en sus esfuerzos de pedir responsabilidades a aquellos que cometan actos de terrorismo”, dijo Kerry desde Bali.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Priscila Pretzel
FUENTE: EL PAÍS