Como si de un presagio se tratase, el sol ilumina San Petersburgo a orillas del Báltico. Es la ciudad que vio nacer al presidente ruso, Vladimir Putin, y poco antes de la cumbre del G20, brilla en todo su esplendor para acoger un encuentro clave entre países emergentes y países industrializados. Un escenario casi perfecto, si no fuese por la difícil situación en la que se encuentra el mundo.
¿SIRIA EN LA AGENDA?
Se podría decir que la agenda es algo del destino. Cuando el G8 se reunió en San Petesburgo en 2006, comenzó a escalar el conflicto en Oriente Medio con la segunda guerra del Líbano. En el encuentro, se invirtió mucho tiempo en hablar de este conflicto. Pero al final, el resultado fue únicamente un estéril documento y la guerra siguió su curso.
Ahora, es el conflicto sirio el que amenaza con dominar el orden del día. Pero aunque Siria interfiera en la agenda, no evitará que la economía mundial sea el tema principal para los asistentes.
Al igual que entonces, ahora es el conflicto sirio el que amenaza con dominar el orden del día. Algo que el presidente ruso tratará de evitar. Conseguir en este foro una línea unitaria en vista a las posiciones enfrentadas sobre Siria parece imposible. Con Rusia, China, EE.UU., Gran Bretaña y Francia, en el G20 son cinco los países que tienen derecho a veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Pero también estarán Turquía, que teme por su seguridad, y Arabia Saudita. Además, las relaciones entre Putin y Barack Obama no pasan por su mejor momento, con un enfriamiento patente ya desde el caso Snowden.
Antes de la cumbre Obama había programado una visita a Moscú, cita posteriormente cancelada por la Casa Blanca. Hasta ahora no hay indicios de un encuentro bilateral en el marco del G20. Aunque Putin, ya dejó clara su posición tras las últimas diferencias sobre Siria. Si el presidente estadounidense aporta pruebas convincentes del uso de gas venenoso por parte de las tropas sirias, repensará su posición y aprobará el mandato de la ONU para una intervención, declaraba Putin hace unos días.
ECONOMÍA CONVALECIENTE
El anuncio de Estados Unidos del fin del dinero barato puede provocar la huida de inversores de países emergentes con graves consecuencias: monedas que se devalúan drásticamente y un boom que amenaza con terminar, además de tener que enfrentarse a graves problemas internos.
Que Siria interfiera en la agenda, no evitará que la economía mundial sea el tema principal para los asistentes. Una economía que muestra un estado nada esperanzador. Si bien se registra cierta mejoría, los procesos tardan y se avistan nuevos riegos. Mientras en la última cumbre en Los Cabos (México) la crisis europea estaba en el punto de mira, actualmente tanto EE.UU. como la Unión Europea apuntan una tendencia positiva. Sin embargo, el anuncio de Estados Unidos del fin del dinero barato puede provocar la huida de inversores de países emergentes con graves consecuencias: monedas que se devalúan drásticamente y un boom que amenaza con terminar, además de tener que enfrentarse a graves problemas internos.
Con estos temas de primer orden para los participantes, la agenda no dejará mucho espacio para el debate. Mientras la cena del jueves se dedicará a nuevas estrategias para el desarrollo, como documento final está previsto un plan de acción para el crecimiento y el empleo. Para terminar, también estará presente el comercio mundial, un tema que, como siempre, acabará con las demandas para eliminar medidas proteccionistas. Curiosamente, bajo las máximas medidas de protección de las fuerzas de seguridad del presidente Putin, con una ciudad sellada por tierra, mar y aire.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Paula Martín
FUENTE: DW