Los miles de seguidores del depuesto presidente egipcio, Mohamed Mursi, celebran en El Cairo este jueves la fiesta del fin del Ramadán, desafiando la llamada del Gobierno interino a que se dispersen las concentraciones.
Bajo una nube de globos, miles de hombres, mujeres y niños participan en la gran oración del alba, que marca oficialmente el final del mes de ayuno en las ciudades de Adawiya rabaa al-Nahda y la capital egipcia, ocupada por el ejército desde el derrocamiento de Mursi el día 3 de julio.
El miércoles, el Gobierno amenazó una vez más con dispersar las concentraciones islamistas en las plazas cairotas por la fuerza, afirmando que había respetado el "carácter sagrado del Ramadán". Sin embargo, los líderes de los Hermanos Musulmanes han instado a sus seguidores a continuar con las protestas "hasta la victoria", lo que aumenta el temor a un nuevo episodio sangriento.
El miércoles, el Gobierno amenazó una vez más con dispersar las concentraciones islamistas en las plazas cairotas por la fuerza, afirmando que había respetado el "carácter sagrado del Ramadán".
Varios miles de personas pro Mursi marcharon también en otras regiones del país africano, especialmente en Alejandría, la segunda ciudad egipcia, y Qena, al sur.
Egipto está profundamente dividido y la violencia, que se desató desde que los islamistas comenzaron a manifestarse, ha dejado más de 250 muertos -en su mayoría pro Mursi- desde finales de junio. Hoy, el periódico gubernamental 'Al-Goumhouriya' daba dos titulares: 'Último aviso' y 'La hora de la batalla se acerca'.
Mientras que los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad egipcias y los seguidores de la Hermandad se ha intensificado, el Gobierno ha dado luz verde al Ministerio del Interior para "limpiar" las plazas ocupadas.
El país ha recibido recientemente las visitas sucesivas de enviados europeos a su capital, sin embargo, todos los esfuerzos diplomáticos por resolver la crisis política han sido fallidos. La Presidencia acusó a los Hermanos Musulmanes del fracaso de las negociaciones y les advirtió de que "deben asumir las futuras consecuencias de sus violaciones de leyes y su puesta en peligro de la seguridad pública".
Los jefes de la diplomacia estadounidense y europea, John Kerry y Catherine Ashton, sin embargo, advirtieron de que el Gobierno interino tiene una responsabilidad especial para iniciar "el proceso democrático" sin que haya riesgo de "más derramamiento de sangre y polarización", que obstaculizarían la recuperación económica esencial para la transición.
Los islamistas siguen denunciando un golpe de Estado contra el primer presidente elegido democráticamente y protestan contra "un estado policial" que ha dejado a muchos de sus líderes, entre ellos Mursi, incomunicados por el ejército.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Paula Martín
FUENTE: El Mundo