Los chilenos votarán este domingo en sus primeras elecciones primarias reglamentadas para elegir a los candidatos de los dos mayores bloques políticos en los comicios de noviembre, en las que la expresidenta Michelle Bachelet tiene una amplia ventaja en la oposición y la incógnita reina en el oficialismo.
El mayor enigma que revelará esta inédita votación -de la que no hay encuestas que anticipen resultados- es a quién se enfrentará Bachelet en las elecciones generales que se celebrarán en cinco meses más.
Los exministros Andrés Allamand y Pablo Longueira, ambos adherentes de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y con una extensa trayectoria política, se enfrentan para ganar la nominación oficialista.
Pero no está claro quién vencerá.
Allamand, extitular de Defensa y militante del partido del presidente Sebastián Piñera, Renovación Nacional, tendría una leve ventaja al haber comenzado primero la campaña de las primarias.
Longueira, por su parte, miembro de la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI) y el "regalón" (consentido) de Pinochet -según dijo recientemente su hija Lucía-, compite desde hace apenas dos meses. Su carrera por las primarias comenzó minutos después de que Laurence Golborne abandonara su candidatura.
Golborne, que cobró grandísimo protagonismo y reconocimiento tras liderar como ministro de Minería el exitoso rescate de los 33 mineros de Atacama en 2010, renunció a fines de abril a ser nominado tras cuestionamientos por su desempeño como gerente de una empresa minorista que abusó de los consumidores.
Tras la renuncia de Golborne, emergió de inmediato Longueira, un líder histórico de la UDI, pero que concita un alto rechazo por sus posturas conservadoras.
"En el oficialismo existe más incertidumbre por quién va a ganar. Hay resultados contradictorios. Allamand tendría ventaja porque empezó la campaña antes", afirma a la AFP el politólogo Mauricio Morales.
"Lo único que está claro es que va a ser un resultado estrecho", dice por su parte Guillermo Holzmann, analista político de la Universidad de Chile.
Allamand y Longueira han evitado la confrontación y apuntan a darle continuidad al gobierno de Piñera, que marcó en 2010 el retorno de la derecha al poder tras 20 años de hegemonía de la izquierda.
"No les queda más que unirse, porque las posibilidades de que ganen en noviembre son bajas", asegura Morales.
LA PELEA POR EL SEGUNDO LUGAR
Con miras a la eventual configuración del programa de gobierno que ofrecerá Bachelet, del Partido Socialista, si gana los comicios, es también clave saber cuál de los tres candidatos que enfrentará llegará en segundo lugar.
"En la oposición está cantado que el candidato va a ser Bachelet. La incógnita está en el segundo lugar", señala Holzmann.
Bachelet, que gobernó Chile entre 2006 y 2010 y lidera todas las encuestas con miras a las elecciones generales del 17 de noviembre, con una adhesión que va desde el 43% al 53%, se enfrenta al exalcalde demócrata cristiano Claudio Orrego, el senador del Partido Radical José Antonio Gómez y el independiente Andrés Velasco.
Los tres apenas marcan en los sondeos, pero Orrego tiene ventaja al ser la Democracia Cristiana uno de los principales partidos políticos chilenos. Velasco, exministro de Hacienda de Bachelet, ha ganado apoyo a costa de un discurso liberal, mientras que Gómez se ha presentado como el más extremista.
"La Democracia Cristiana tiene una extensa historia de realización de primarias (internas) y su segundo lugar no debería estar amenazado", opina Morales.
Un buen desempeño de Orrego contribuiría a moderar a Bachelet, que para estas primarias cuenta con el apoyo del Partido Comunista, relegado por décadas de la primera línea de la política chilena.
"Si (Orrego) logra más de un tercio de los votos, tendrá una mayor chance de influir. Esta situación favorecería a la oposición, porque centraría su propuesta y evitaría su izquierdización", anticipa el politólogo Morales.
Pero si Bachelet no sólo gana, sino que lo hace de manera contundente (por encima del 60%) "aumentan las probabilidades de que gane en primera vuelta" los comicios de noviembre, una situación que no ocurre desde hace dos décadas, agrega.
Bachelet debe también hacer frente a otros candidatos que no se presentan a las primarias (que son voluntarias) e irán directamente a la elección de noviembre.
Entre ellos, su mayor amenaza es el cineasta Marco Enriquez-Ominami, hijo del asesinado líder del Movimiento de Izquierda revolucionario de Chile (MIR) y exmiembro del bloque opositor, que compitió en las elecciones pasadas, sacando cerca de 20% de votos.
Unos 13 millones de chilenos -de los 16,5 millones que tiene el país- están habilitados para votar en estas elecciones, las segundas que se realizan desde la instauración del voto voluntario, tras las municipales de octubre de 2012.
Es una incógnita saber cuántas personas finalmente votarán el domingo, porque no hay encuestas al respecto. En los últimos comicios, las municipales de octubre, la abstención alcanzó el 60%.
Las primarias fueron promovidas por el gobierno de Piñera en un intento de "democratizar" el sistema político -poco representativo y que ha consolidado el bipartidismo- basado en un sistema electoral confeccionado en los años de dictadura en Chile.
FUENTE: Google Noticias