El Ejército y los grupos armados que controlan el norte del país han protagonizado su primer enfrentamiento serio con armamento pesado en el centro del país.
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El choque ha tenido lugar entre Konna, a unos 50 kilómetros al norte de Mopti, y Douentza, última localidad controlada por los jihadistas el pasado septiembre en su avance hacia el sur. Mientras fuentes del Ejército han informado de que han recuperado esta localidad tras intensos combates este jueves por la mañana, los jihadistas han informado de su entrada en Konna por la tarde. Los habitantes han confirmado la utilización de armamento pesado por ambas partes y que se ha producido un avance de las tropas malienses sobre las posiciones de los islamistas radicales.
Los incidentes comenzaron el lunes 7 de enero. Los grupos terroristas Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), el Movimiento por la Unicidad de la Yihad en África del Oeste (Muyao) y el grupo armado tuareg de corte salafista Ansar Dine (Defensores de la Fe) habían desplazado cientos de combatientes desde sus posiciones en el norte del país en dirección al centro, acercándose progresivamente hacia el cuartel militar de Sevaré, a pocos kilómetros de Mopti, donde está acantonado un importante destacamento avanzado del Ejército maliense y donde se encuentra el principal aeropuerto del centro del país.
El lunes por la tarde, los militares y los jihadistas intercambiaron los primeros disparos, tras lo cual los combatientes salafistas decidieron replegarse hacia la localidad de Douentza. Sin embargo, aquella escaramuza fue el inicio de un avance del Ejército regular que tuvo lugar este miércoles 9 de enero, produciéndose un intenso intercambio con armamento pesado que ha concluido, según fuentes del Ejército, con la toma de la localidad de Douentza, situada a unos 150 kilómetros de Mopti en la carretera que conduce hacia Gao.
Sin embargo, los jihadistas han asegurado este jueves por la tarde que han logrado recuperar la ciudad de Konna, frenando a su vez el contrataque del Ejército. La confusión es grande por las informaciones contradictorias y la inquietud empieza a adueñarse de Mopti y Sevaré, dos enclaves fundamentales en el centro del país que empiezan a sentirse amenazados por la cercanía de los grupos armados salafistas.
Este movimiento de tropas ha coincidido con una jornada de intensas manifestaciones en Bamako, la capital del país, y Kati, sede de la junta militar golpista que gobierna el país en la sombra desde el golpe de estado del pasado 22 de marzo. Las manifestaciones habían sido organizadas por diferentes asociaciones que piden la partida del presidente interino, Dioncounda Traoré, y que se llegue a acuerdos políticos para la transición en este país, así como por colectivos de estudiantes que exigían el inicio del curso universitario.
En este contexto de inestabilidad, la segunda ronda de negociaciones entre el Gobierno de Malí y los grupos armados Ansar Dine y el Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA), prevista para este jueves 10 de enero en Ouagadougou, la capital de Burkina Faso, ha sido suspendida. El mediador de la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste, Djibril Bassolé, visitó este miércoles la capital malí e hizo una llamada a la calma y para este jueves 10 de enero está prevista la llegada del enviado de Naciones Unidas para el Sahel, Romano Prodi.
Desde el pasado mes de abril el norte de Malí está bajo el control de grupos terroristas y jihadistas que aplican la sharía o ley islámica a la población. El pasado 20 de diciembre, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó a instancias de la Cedeao una resolución autorizando una intervención militar internacional en esta zona, pero sin fijar un calendario concreto.
FUENTE: El País